España se impuso a Noruega en un encuentro intenso y el que fue superior a un equipo ordenado y peligroso en el juego aéreo, pero en el que la falta de acierto de los españoles impidió que la victoria fuera más holgada.

La iniciativa siempre fue del equipo español y aunque los locales demostraron ser más sólidos que el rival, Noruega nunca perdió la esperanza de sumar un resultado positivo en Mestalla, más por la evolución del marcador que por su fútbol.

España empezó el encuentro con mucha intensidad. Se adueñó de la pelota, la manejó bien por ambas bandas, en especial por la derecha con un Jesús Navas muy profundo, y no dejó que el rival tuviera posibilidad de jugarla.

Para dar opciones a Navas y Alba, muchas veces el equipo de Luis Enrique Martínez se posicionaba con defensa de tres (Busquets, Ramos e Íñigo), en especial cuando el equipo atacaba.

España tomó el mando y en el tramo final del primer periodo se volvió a jugar más cerca si cabe de la meta de Jarstein que en los primeros minutos, por la ventaja del gol de Rodrigo.

Empató Noruega y aunque parecía que el encuentro iba a entrar en una nueva fase, la igualdad solo duró siete minutos, cuando Sergio Ramos marcó de penalti.