Un tanto de calidad de Karim Benzema a un minuto del final evitó un nuevo sonrojo madridista en el Santiago Bernabéu, ante el colista, un Huesca que siempre creyó y acarició con justicia el premio, en un duelo de inestabilidad de la segunda unidad de Zinedine Zidane (3-2).

Se le hará eterno el fin de temporada al Madrid y al madridismo. Sin tensión competitiva ni la motivación necesaria para poner brillo a un curso para el olvido. El Huesca extendió la línea del Santiago Bernabéu, donde cualquier rival, con poco que exponga, hace daño. Intentó aislarse de su necesidad y por momentos disfrutó de una primera visita histórica al coliseo de la Castellana.

No se cumplía el tercer minuto cuando ya se había adelantado en el marcador. Isco y Ceballos pusieron en ventaja a los blancos antes del empate de Etxeita.