El Zaragoza se alejó del descenso tras hundir un poco más al colista, el Nástic de Tarragona, al que goleó por 3-0 en un partido de los pocos que el conjunto aragonés ha podido vivir sin sobresaltos en su estadio este curso. El equipo catalán se mostró inocente y cándido y acabó cayendo víctima de sus propias carencias.