El Atlético venció al Girona con goles de Godín y Antoine Griezmann (2-0) en un partido plano y sin emoción, que permite a los colchoneros seguir la estela del Barcelona antes de visitar el Camp Nou este sábado.

El equipo de Simeone no tuvo su tarde. Con el ambiente frío de un martes en horario laboral, con la Liga sin picante y con el descreído discurso de las matemáticas, el Atleti ganó y nada más. Los rojiblancos estuvieron lejos del 0-4 en Mendizorroza y de su seguridad en el Metropolitano.

Sin embargo, el partido se sacó adelante en una jugada que dio mucho que hablar. El árbitro no concedió el gol de Godín a instancias de su asistente, pero el remate previo de Griezmann -en posición correcta- no inhabilitó al central uruguayo, que cabeceó a placer ante el estupor de los jugadores catalanes. Dos minutos después, el Wanda estalló.

Hasta el gol, el Atletico había llevado más veces el cántaro a la fuente, pero esto del fútbol no entiende de lógica. Koke la estampó en el larguero al borde del descanso, Morata erró una vaselina clara y firmó otra actuación con más buenas intenciones que buenas decisiones y Griezmann demostró su momento de debilidad en dos acciones evidentes.

El equipo de Sacristán, que llevaba tres visitas consecutivas sin perder en la capital de España, no pudo repetir su hazaña copera y apenas generó el peligró de aquel día. Sin Stuani por lesión, el cuadro catalán sólo tiró una vez a puerta tras un cabezazo de Doumbia a los dos minutos.