Una aparición fugaz de Ángel Rodríguez en medio de un partido muy táctico, aburrido y con pocas ocasiones, dio al Getafe la victoria ante el Athletic con la que se atornilló en la cuarta y última plaza que da derecho a disputar la próxima edición de la Liga de Campeones.

El Coliseum Alfonso Pérez se preparaba para otro envite de Liga de Campeones. En esta ocasión, el conjunto visitante, al contrario que el Leganés hace dos jornadas, mantenía opciones de acercarse a la cuarta plaza en posesión del cuadro de José Bordalás, que presentaba síntomas de globo pinchado después de encadenar tres duelos sin ganar.

El Athletic, eufórico con sus últimos resultados y con su escalada en la clasificación, podía meterse de lleno en la pelea con una victoria en un feudo complicado. Además, el día era perfecto para hacerlo, con el técnico Gaizka Garitano recién renovado y con Aritz Aduriz en el banquillo tres meses después de lesionarse.

Un error encadenado de Foulquier en un control y del togolés Djené Dakonam en un despeje, ofreció a los hombres de Garitano la única opción de toda la primera parte.

La tuvo Iñigo Córdoba, que se encontró sólo ante el guardameta David Soria para mandar su remate al cuerpo del portero..

En la reanudación, Bordalás dio otro paso al frente. Sacó del campo a Olivera para introducir a Ángel Rodríguez y el Getafe definitivamente cambió su registro. El delantero sería decisivo.