Bruno López (Carballo, 1984) acaba de cumplir cien días al frente del balonmano gallego. Cien días en los que ha trabajado para tomar los mandos de una federación en la que quiere implantar un modelo más profesionalizado. Asegura que "la situación es delicada", pero está seguro de que llegarán a convertir a la de balonmano en la mejor federación deportiva de Galicia. Su primer gran reto será la organización del Mundial júnior en Vigo y Pontevedra este verano. Recién llegado de Valencia, donde el equipo femenino de la Universidad de Vigo se proclamó campeón de España, analizó para Faro, la situación de la federación que preside desde el pasado mes de diciembre.

¿Qué balance puede hacer de estos cien días en el cargo?

Estamos muy contentos y con mucha ilusión. Hemos hecho ya muchas cosas pero es cierto que algunas aún no se están viendo. En la zona de A Coruña ya hemos tenido una reunión con algunos ayuntamientos para la creación de nuevas escuelas, estamos en la zona de Ourense con una competición diferente a lo que están acostumbrados, dando más visibilidad a las categorías alevines, benjamines y prebenjamines; estamos estructurando el tema arbitral... Ya podemos decir que hemos empezado con el cambio, gestionando el cambio de página web y, sobre todo, el establecimiento de protocolos muy claros tanto a nivel del funcionamiento diario con clubes y árbitros. Nos hemos encontrado que, en ese aspecto, está un poco manga por hombro.

¿En qué estado se ha encontrado la federación cuando tomó el cargo?

Los clubes me han pedido transparencia y voy a ser sincero. Nos hemos encontrado una federación como creo que no le gustaría encontrársela a nadie. Estamos poco a poco poniéndonos al día y éste es uno de los motivos que hacen que no se vea el trabajo que estamos haciendo todo lo que nos gustaría. Tenemos una situación económica delicada y a nivel funcional hay muchísimo que mejorar.

¿Y cómo se traduce esa situación en la puesta en marcha de los proyectos que tenía planificados?

Teníamos una planificación, unos objetivos muy claros a corto y a medio plazo y ahora lo primero que vamos a tener que hacer es un plan de amortización. Esto sé que suena fuerte, pero realmente es así. Tenemos que tener los pies en el suelo porque a eso hay que sumar que en tres meses tenemos aquí un Mundial júnior.

Lo que dice suena muy preocupante.

No pretendo alarmar a nadie. Estoy convencido de que vamos a conseguir la mejor federación deportiva de Galicia en poco tiempo, pero no quiero mentir. Si algo me han pedido los clubes es transparencia y vamos a ser muy transparentes en la gestión.

¿Qué medidas pondrán en marcha para revertir la situación?

A día de hoy lo más llamativo es que aún no tenemos una foto clara de la federación a nivel económico. Al no haber un traspaso de poderes la gestión se complica. Día a día estamos descubriendo cosas y estamos tratando de que esto no influya en el funcionamiento diario. Tenemos que analizar en qué estamos gastando el dinero y ver en qué lo hemos gastado. Hace poco alguien me preguntaba por el campeonato de selecciones provinciales, por ejemplo, que era algo que se venía haciendo en junio, y tenemos claro que hasta septiembre, como mínimo, no vamos a hacer nada.

¿Señala a algún responsable de esto?

Haremos una asamblea de aprobación de cuentas y presupuestos, seguramente la primera semana de mayo, y ahí mostraremos la situación a los clubes. No me gustaría que parezca que estamos intentando echar el muerto encima a alguien. Con el anterior presidente tengo una buena relación, pero me debo a la trasparencia y creo que hubo una gestión deficitaria en los últimos años y, a día de hoy, no nos queda otra que coger el toro por los cuernos y sacar esto adelante. Sabíamos dónde nos metíamos.

¿Mantiene la misma ilusión con la que llegó al cargo hace cien días?

Si no confiásemos en sacar esto adelante no estaríamos ahora mismo donde estamos. Nos va a llevar más tiempo, tenemos que cambiar ciertos aspectos en la planificación que teníamos prevista. pero estamos convencidos de que lo vamos a sacar adelante.

¿Cómo?

Tengo clarísimo que el personal de la federación debe estar al día y que las competiciones no se pueden ver afectadas. Tenemos que maximizar los recursos que tenemos y esa es la intención. Vamos a mejorar muchísimas cosas, pero no vamos a poder llegar a donde nos gustaría a corto plazo. Sería un iluso si simplemente recurro a la administración para generar recursos. Yo creo que aquí o te mueves o caducas. No vamos a llorar y a decir que la administración tiene que sacar esto adelante, tenemos que movernos, generar un producto y que sea vendible.

Como el Mundial...

El presidente de la Federación Española me dijo que se juegan mucho en este Mundial; pero la Gallega se lo juega todo. Si sale mal nos va a costar mucho levantar cabeza y, si sale bien, puede ser un aliciente para todo el mundo. Lo que sí puedo decir es que estamos muy contentos con la implicación de todos los clubes, nos han acogido muy bien, y en este Mundial se va a demostrar que el balonmano gallego tiene muchísima fuerza.

¿Cómo están de avanzados los preparativos de ese evento?

Estamos en una fase en la que hay que ir concretando muchas cosas. Tenemos una programación hecha y hay que ir cumpliéndola día a día. El 21 de mayo tenemos el sorteo de los equipos que participarán en el Mundial y ahí ya podemos avanzar mucho más en temas de transportes, en alojamientos y demás. El que sean unas selecciones u otras las clasificadas también influye mucho.

¿Cuándo se sabrá el reparto de sedes y partidos?

En los próximos diez días ya se sabrán cosas.

¿Y la situación deportiva en Galicia, cómo la define?

Tenemos un gran problema a nivel de estructura de clubes y de gestión. La federación tiene una gran responsabilidad en todo esto. No podemos permitir que provincias como Lugo o Ourense estén en la UCI deportivamente hablando y no puede ser que clubes de Pontevedra estén en situaciones tan delicadas.

¿Qué falla?

La semana pasada me llegaba la noticia de que posiblemente nazca un nuevo club en Vigo. Apoyamos la iniciativa, pero me preocupa más estabilizar lo que hay a día de hoy.