Llevaba doce partidos sin marcar en cuartos de final, seis años desde su último gol en esta ronda y Messi anotó dos tantos en cuatro minutos para llevar al Barça a semifinales tras noquear al United por 3-0, con un tanto de Coutinho para cerrar el partido.

En una noche grande en el Camp Nou, con la mejor entrada del curso (96.708), los azulgranas se metieron en la penúltima ronda, donde no estaban desde 2015, justo el año que consiguió su última Copa de Europa.

El partido fue una demostración de la ley de Messi. El argentino, dosificado por Valverde en este curso más de la cuenta en LaLiga, llega de la mejor manera al momento culminante de la temporada, con la idea puesta en conquistar "esa copa tan linda" como calificó el argentino a la Champions en su primer parlamento como capitán. Pero también un baño de confianza para todo el equipo, que volvió a dejar su portería a cero, que recuperó al mejor Coutinho, autor del 3-0, y que se sintió poderoso.

Y eso que la película del partido no empezó bien para el Barça. Seguramente, el Manchester United nunca soñó con jugar un cuarto de hora como lo hizo de inicio en un Camp Nou expectante, pero apareció Messi y todo se acabó para los británicos.