Una pérdida de la razón, un sentimiento de miedo, veinte minutos de locura, dos decisiones del VAR y un gol con el muslo de Llorente terminaron con el Tottenham camino de las semifinales de la Champions por encima del Manchester City, que ganó 4-3, pero cayó por el valor doble de los goles fuera de casa (4-4 en el global). El conjunto inglés estará en la penúltima ronda y se jugará ir al Wanda Metropolitano el próximo 1 de junio ante el amenazante Ajax de Amsterdam, algo improbable hace meses, pero posible gracias a esta bendita locura.