Un gol de Charles en tiempo de prolongación fulminó al Valencia en un choque en el que el Eibar se mostró sólido y compacto, y siempre buscó la victoria ante un Valencia que nunca consiguió imponer su ritmo de juego.

El tanto visitante llegó cuando ambos equipos habían tenido opciones para abrir el marcador y fue fruto de la fe en sus posibilidades, ya que nunca perdió de vista la idea de poder llevarse los tres puntos.

Este resultado dificulta en grado extremo las opciones de los valencianistas de alcanzar la cuarta plaza de la Liga a la que aspiraban de haber conseguido el triunfo.

Mientras el equipo visitante controló con autoridad el encuentro en la primera mitad, la segunda parte estuvo más nivelada, aunque sin que el Valencia, que era el que más se jugaba, consiguiera imponer su ley, ya que el Eibar mantuvo sus opciones abiertas hasta el final y encontró premio en la última jugada.

El Eibar ya dominó por completo la primera mitad del encuentro gracias a la alta presión sobre la salida del balón del Valencia y a la posesión de pelota, que casi siempre estuvo en poder del equipo vasco.

Esta tónica fue especialmente notoria en el primer cuarto de hora de juego, cuando el equipo local apenas tuvo opciones de manejar el balón.

Solo a partir de entonces, los valencianistas prodigaron algún contragolpe esporádico, pero sin llegar a crear peligro en todo el partido.