El Granada superó ayer 2-0 al Gimnástic de Tarragona, resultado que le permite regresar a los puestos de ascenso directo y alejar a tres puntos al Albacete, tercer clasificado, mientras que para el cuadro catalán es casi su sentencia en la categoría al quedarse ya a doce puntos de la permanencia. Los goles en la primera parte de Víctor Díaz y de Rodri Ríos, ambos en acciones a balón parado, fueron suficientes para que los andaluces sacaran adelante un partido ante un rival que no disparó entre los tres palos de la meta local.

El Granada salió fuerte y marcó el 1-0 a los ocho minutos en un saque de esquina ensayado jugado en corto que derivó en una gran jugada individual, con asistencia incluida, de Álvaro Vadillo que culminó en boca de gol Víctor Díaz. Los andaluces, guiados por Fede Vico ante la ausencia por sanción de Ángel Montoro, controlaron sin problemas el partido ante un Gimnástic voluntarioso pero con muy poco fútbol que no inquietó en todo el primer tiempo al portugués Rui Silva.

El Granada pudo aumentar su ventaja con una clarísima ocasión de Rodri, tras otra buena acción de un imparable Vadillo, y con un intencionado chut de Fede Vico que se marchó fuera por muy poco. El 2-0 llegó en el último suspiro del primer tiempo, y de nuevo en una acción a balón parado botada por Vadillo que cabeceó Fede San Emeterio y que remachó en el área pequeña Rodri.

El Gimnástic, con todo casi perdido en el partido y en el torneo, se fue arriba en la segunda parte y lo intentó en un par de faltas directas. El Granada, que vivió cómodo pese a tener menos el balón en el segundo tiempo, desperdició varios contragolpes que parecían claros por elegir mal el último pase. Un cabezazo al larguero de Dani Ojeda fue la ocasión más clara para aumentar el marcador de un Granada que tampoco apretó el acelerador pero que supo guardar bien su cómoda renta para sumar los tres puntos.