Veintidós años después de aquel 19 de febrero de 1997, el Rayo, con un gol de Adrián Embarba de penalti, volvió a ganar al Madrid en Liga y sumó tres puntos vitales que le mantienen con vida en Primera a falta de tres jornadas en las que el conjunto blanco, tercero de la clasificación, no tendrá nada en juego.

En la previa del partido, Paco Jémez, entrenador del Rayo, advirtió que el Madrid era mejor que ellos en todo, salvo en una cosa, "la necesidad". Precisamente por eso, el equipo vallecano saltó al césped con una marcha más que su rival, al que desde el principio sometió a un ritmo muy alto de juego.

Las mejores ocasiones en la primera parte fueron del Rayo y en casi todas participó su futbolista más imaginativo, José Ángel Pozo, personaje secundario con Míchel pero protagonista destacado con Paco Jémez.

A los 22 minutos, y tras recurrir al VAR, González Fuertes pitó penalti por una falta de Vallejo sobre Javi Guerra. Embarba, acertó con su disparo

Con ventaja en el marcador, el Rayo aprendió de sus errores de antaño, cuando nada más ponerse por delante se echaba atrás y jugaba a merced de su rival. En esta ocasión no lo hizo y siguió tuteando al Madrid, que no encontró alternativas para empatar.