Todavía digiriendo su adiós al Leyma, Gustavo Aranzana (Valladolid, 1958) se confiesa triste, pero con fuerzas para implicarse en un nuevo proyecto pese a que este año le haya dejado muy desgastado: "Juro que había día que era muy difícil conciliar el sueño".

¿Cómo se encuentra?

Son mil sentimientos. Estoy desubicado, un poco frustrado y triste. Estoy fastidiado porque ahora mismo no sé qué va a pasar mañana. Me iré a casa e intentaré que salga algo.

¿Quiere seguir o se tomará un descanso?

Quiero seguir y si puede ser en España, mucho mejor. Es lo que anhelamos todos. Ya veremos qué propuestas hay y qué sale. Pero quiero seguir, es lo que me motiva día a día, mi pasión. Si no entreno, me iré muriendo. Ni tengo ganas de descansar ni se me han quitado las ganas. Cada vez que hay un proyecto nuevo, tengo más ilusión. El día que no tenga esa chispa, es que no merecerá la pena. De momento, quiero seguir haciendo muchas cosas en el baloncesto.

¿Cuántas horas de sueño ha perdido este año?

Juro que había días, sobre todo en la racha de derrotas, que era muy difícil conciliar el sueño. Sobre todo porque estaba todo el día pensando en cómo encajar las piezas, cómo mejorar, cómo suplir las bajas, jugar con grandes o pequeños...y el plan motivacional también fue muy difícil. Había que convencerles de que no pasaba nada. Hubo días de no dormir e ir a entrenar seis horas. Y después íbamos a competir, y no salía. Era un hundimiento.

¿No siente ni siquiera un poco de alivio?

No. Me alivié mucho el día que matemáticamente estábamos salvados. Sufrimos pensando que si hubiésemos tenido problemas al final, nos hubiésemos tenido que jugar el descenso sin Stephens.

Su baja también permitió la eclosión de Mirza Bulic

Para mí no solo es ganar o perder. Doy mucho mérito a la mejora de los jugadores. Uchendu no es el mismo que inició la temporada, tampoco Sabin y ya no digo Pablo Ferreiro, que ha dado un estirón. Incuso Carlos Martínez. Y Bulic se ha convertido en uno de los mejores cuatro de la liga. Algún mérito tendrá el cuadro técnico. Como Víctor Serrano, que llegó muy mal y terminó como una moto. Mirza iba a ser el recambio de Stephens, pero los papeles se han invertido. Igual que entre Uchendu y Araujo y Pablo Ferreiro y Monaghan.

¿Qué pasó con Zach Monaghan, fue solo un tema físico?

Zach en la pretemporada decía que iba a ser el líder. Y se lesionó. Con problemas físicos es un jugador que no da porque depende mucho de su talento físico. Hasta febrero estuvo mal y después no se encontró bien. Y mentalmente no tuvo buenas sensaciones. Le dolía y se frustraba. No tenía feeling. Luego, yo no sé lo que tiene en su cabeza. Pero hasta dónde yo sé, solo fue un tema físico.

Se habló también de que estaba mucho más delgado

Igual nos hemos pasado a entrenar (bromea). No. No creo que fuera cuestión de eso. No encontró el punto y punto.

El físico es fundamental en el baloncesto moderno. ¿Cómo ha cambiado el juego en estos 40 años?

Ha cambiado mucho a nivel técnico y táctico y a nivel físico más. Se utiliza mucho el pick and roll, la influencia del tiro de tres es enorme... Y ahora se juega muchas más veces con pequeños.

¿El cinco puro está en peligro extinción?

Ya no se les busca como antes. Solo va a bloquear. Pero es consecuencia de la evolución del juego por la mejora de las defensas y del físico. Cada vez hay menos espacios en el campo y hay que abrirlo. Así que ahora los cinco también tienen que tirar.

Como Bulic, por ejemplo

Eso lleva muchas horas de trabajo. No se piensa. Se dice, 'ahora Mirza tira y las mete'. Pero es que estábamos desde las nueve de la mañana en el Palacio antes del entrenamiento de las 10.

¿No es una dependencia absoluta de los triples?

Es que influyen mucho. Se tira más de tres que de dos. Si tienes buenos lanzadores, va contra natura que no los utilices. El otro día el Efes le ganó el quinto partido del play off al Barcelona con treinta y pico tiros de 3 por veintipico de 2. Metió 17. Es así.

Si el juego no es el mismo, ¿han cambiado también los jugadores jóvenes?

Están más dispersos, como la juventud en general. Han cambiado los tiempos. Son menos comunicativos, les cuesta más concentrarse. Tienen muchas más capacidades y más medios. Pero para mí tienen un grave problema: no escuchan, a veces por falta de humildad porque creen que ya saben muchas cosas. Y por las redes sociales se pierde comunicación. Vamos diez horas en bus y va cada uno a lo suyo. No se habla. Se ha perdido eso.

¿Por qué dice que lo mejor está por llegar para el Leyma?

Lo espero y lo deseo. Creo que la directiva está dando los pasos adecuados, cada vez hay más afición y hay más compromiso con el color naranja. Cuando las empresas privadas y las administraciones sumen, seguro que un año va a estar ahí. No siempre van a salir las cosas mal. Algún año se cogerá la ola buena.Y el club va a estar preparado.

¿Se rozó el año pasado en ese 'play off' contra Manresa?

Si hubiésemos pasado esa eliminatoria, seguro que llegábamos a la final. Otra cosa es que con Abia ya lesionado, igual llegábamos un poco justos.

¿Qué pasó con Jorge Sanz en esa eliminatoria?

Eso es un tema de vestuario. Yo tengo una magnífica relación con él. Pero se confundió. Son cosas de vestuario y ahí quedan. Él se dio cuenta de que no era un tema de confianza. Decayó su juego en la segunda vuelta y yo intenté ser justo y pensé que Pablo estaba mejor. Y creo que no me equivoqué.

Es de Valladolid, con muchos equipos en máxima categoría. ¿Por qué en A Coruña parece que solo hay sitio para el Dépor?

Es joven todavía el baloncesto. Se irá fidelizando e irá a mejor y acabará haciendo poso. Lugo, vale, no tiene fútbol. Pero Vitoria tiene todo, Valladolid también, Huesca... Hay sitio para todos. No se puede solo echar la culpa al Dépor, hay que mirarse a uno mismo.

Hay quien dice que su sucesor debe ser Charlie Uzal

Charlie me parece, aparte de como persona un diez, un trabajador incansable. Es un entrenador preparado. Ha mamado baloncesto, ha jugado, es entrenador, sabe, entiende... si el club apuesta por él, chapeau.

¿Qué ha aprendido de A Coruña en estos dos años?

Hasta hace 15 días no he conocido la provincia. Fui a Malpica, Mera, Bastiagueiro... todo esto lo he visto hace 15 días. Hasta entonces no había pisado nada que no fuera la Torre de Hércules, la Ciudad Vieja, el centro... porque era entrenar, dedicación y paseos. Ya lo sabía, pero me ha parecido una ciudad preciosa y me ha encantado estar aquí.