David Ferrer cerró ayer su carrera deportiva a los 37 años después de perder en la segunda ronda del Mutua Madrid Open, cuarto Masters 1.000 de la temporada, contra el alemán Alexander Zverev, actual campeón e infranqueable para el alicantino, derrotado en dos sets por 6-4, 6-1.

Ferru puso el broche final a casi dos décadas de entrega, dedicación y, también, grandes victorias. En casa, como él quería, rodeado de cariño, del público, incansable a la hora de corear su nombre, representación del respeto que genera su figura.

El momento por el que le habían preguntado constantemente estos días y que había asegurado que no sabía como sería había por fin llegado, y el alicantino pareció disfrutarlo con aparente tranquilidad, y con los ojos humedecidos y con su mujer y su hijo.

Por su parte, Rafael Nadal impuso su experiencia y mayor control de la bola para vencer a la joven promesa de 18 años canadiense Felix Auger-Aliassime, el de menor edad en el cuadro en esta edición, en su debut por 6-3 y 6-3, y lograr los octavos de final.

No era el mejor día para un partido de tenis, con rachas de viento casi continúas por lo que mantener la bola en juego era casi un milagro, pero Nadal fue mucho más preciso en ese aspecto y aunque cedió una vez su servicio, logró desembarazarse de su rival en una hora y 37 minutos.

La jornada también dejó el adiós del argentino Juan Martín del Potro, que en su cuarto partido del año no pudo con el serbio Laslo Djere.