Hace seis años que Iván Rubio (A Coruña, 1974) se inició en el mundo del triatlón después de haber sido nadador casi toda su vida, incluso jugador de waterpolo. "Me cogió un poco mayor", dice. Pero nunca es tarde para un campeón. Está claro que es un animal acuático y el agua también le trajo suerte el pasado fin de semana en Pontevedra. Allí, unos días antes del gran doblete de Javier Gómez Noya y Pablo Dapena en el triatlón de larga distancia Javier Gómez NoyaPablo Dapena, el coruñés también vivió su momento de gloria en la modalidad de acuatlón (nadar y correr). Participó en la categoría de grupos de edad, en concreto en la que comprende a los que tienen entre 45 y 50 años, con una medalla de oro como resultado. Campeón del mundo y segundo en global, pues solo le ganó uno de los jovencitos que competía en 20-25. "Eso sí que fue una satisfacción", bromea. Había cerca de 600 participantes.

La prueba consistió en un sector de natación en el río Lérez de 1.500 metros y después, de un segmento de carrera a pie de 5.000. "Ya salí con bastante ventaja del agua y después corrí bastante bien, porque hice menos de 18 minutos en el 5.000. Se me dio bien, hubo suerte y gané", resume. No era su objetivo, menos cuando miró la lista de participantes. "Al principio creía que no habría mucho nivel. Pero después vi que venía gente de Estados Unidos, Japón, México... y pensé que no se iban a cruzar medio mundo para competir en una prueba de media hora si no era porque estaban fuertes. Había un inglés incluso que había ganado los últimos tres Mundiales", recuerda. Pero el oro era para él. "La verdad es que un acuatlón está hecho para nadadores porque ya sales con mucha ventaja", analiza. Más para gente como él, especialista en pruebas de fondo ya en su etapa en la piscina, aunque después se pasó al waterpolo y solo cuando se marchó a vivir a Arteixo se pasó al triatlón, previo paso por las carreras populares.

Mucho trabajo

El próximo objetivo es con su equipo, el Club Triatlón Arteixo. Se marchan a Murcia a participar en la Copa del Rey, una prueba contrarreloj. "El año pasado fuimos séptimos y creo que este estamos un poco mejor", analiza. Su club es su orgullo. "Somos los únicos en categoría nacional", valora y añade que hace tres años junto a Uxío Abuin y Ricardo Vega se proclamó campeón de España por equipos de elite. Y su trabajo que les cuesta: "Yo voy en avión pero el entrenador y los compañeros se atraviesan España en coche con las bicicletas, las mochilas y todo el material". El triatlón es una disciplina que en los últimos años ha crecido mucho y que a nivel profesional sí que está reconocida, pero la clase media todavía no dispone de muchos medios. Menos los de abajo. Iván Rubio es padre y tiene una empresa. Todo su tiempo libre lo invierte en deporte. Por la mañana, después de llevar a los niños al colegio, se va a trabajar y come en la oficina para hacer hueco y salir a correr unas dos horas. Por la tarde vuelve y a la salida coge el camino hacia la piscina. Otras dos horas. Y así de lunes a sábado. Un ritmo infernal que hace que, a sus 44 años, a punto de cumplir 45, no se plantee objetivos a largo plazo. "Mi entrenador me dijo que a ver si llego al Mundial que hay en Ibiza en 2021 y yo solo pienso de tres en tres meses". Justo el tiempo que falta para el Campeonato de España que será en septiembre en A Coruña: "Allí tenemos que estar sí o sí".