La victoria del Granada en Albacete el pasado lunes ha marcado de forma clara el objetivo del Mallorca en las tres jornadas que restan para el final del campeonato. Por supuesto, la primera consigna es clasificarse de forma matemática para el play off de ascenso, que conseguirá si el equipo es capaz de ganar el próximo lunes en Riazor al Deportivo de José Luis Martí. Si se sumaran los tres puntos se habrá dado un paso de gigante para conseguir la tercera plaza, la meta que se ha fijado ahora el equipo. También le valdría un punto si el domingo el Oviedo no gana en Tenerife, que se juega la permanencia.

Quedar tercero en la Liga regular no es un tema baladí de cara a las eliminatorias de ascenso a Primera. El Mallorca dispondría del factor campo a favor, es decir, la vuelta en Son Moix, y en caso de empate tras la prórroga del partido de vuelta, se clasificaría sin tener que recurrir a la tanda de penaltis, premiando de esta manera la regularidad durante la temporada.

El Mallorca consolidó el domingo ante el Almería la cuarta plaza al alcanzar los 67 puntos. La derrota del Albacete ante el Granada le deja a un punto de los manchegos, que disponen del golaverage a favor con los rojillos. El resultado del Carlos Belmonte, sin embargo, arruinó prácticamente de forma definitiva las ya de por sí escasas posibilidades del equipo de Moreno de aspirar a la segunda posición, ahora a siete puntos con solo nueve en juego. De hecho, el Granada será equipo de Primera el próximo domingo si vence al Cádiz en el Nuevo Los Cármenes. Si así fuera, el equipo nazarí llegaría a Palma el domingo 2 de junio con los deberes hechos y, a priori, supondría una ventaja para el Mallorca, que aunque hubiera logrado el play off de manera matemática, seguiría necesitando los puntos para conseguir la tercera plaza.

El Mallorca cuenta con seis puntos más que su próximo rival, el Deportivo que es séptimo, con nueve por disputar, por lo que el equipo debería sufrir una debacle en los tres partidos que restan para no clasificarse para disputar el play-off de ascenso. Moreno sigue sin pronunciar la palabra ascenso, y recurre al manido partido a partido de Simeone. Y es que el técnico tiene claro de que no quiere meter presión a sus jugadores, posiblemente la mayor ventaja del equipos sobre sus máximos rivales. Como recién ascendido de Segunda B, y pese a su brillante historia en las últimas dos décadas, el Mallorca juega con el nerviosismo del Málaga y Deportivo, que han cambiado de entrenador durante la temporada por estar muy lejos del objetivo, que no era otro que el ascenso directo.

Moreno cuenta con toda la plantilla para el partido del próximo lunes ante un Deportivo que no gana en su estadio desde el pasado mes de enero cuando superó al Albacete en la primera jornada de la segunda vuelta. Un dato que no pasa inadvertido a los bermellones.