Rafa Nadal volverá a partir como el rival a batir en Roland Garros, segundo Grand Slam de la temporada que da comienzo hoy y que ha conquistado los dos últimos años para un total de once, aunque tendrá las amenazas de sus rivales más conocidos y sin haber ofrecido la firmeza en la gira en tierra batida de años anteriores. En el cuadro femenino, Garbiñe Muguruza, campeona en 2016, intentará recuperar su mejor versión para pelear por llegar lejos.

La gran cita del año en tierra batida ya lo tiene todo a punto para buscar a su rey, honor que ha correspondido al jugador de Manacor con una asiduidad apenas conocida en el mundo del tenis. Once veces ha levantado ante el público de la Philippe Chatrier la Copa de los Mosqueteros, un idilio que comenzó hace casi 15 años.

Solo dos jugadores pueden presumir de haberle derrotado en París. Robin Soderling, ya retirado, dio la campanada en los octavos de 2009, y Novak Djokovic, con menos sorpresa, lo hizo en los cuartos de 2015, con el español buscando entonces su mejor tenis. También está entre sus reveses el abandono en 2016 antes de jugar tercera ronda contra Marcel Granollers por un problema de muñeca que casi le cuesta estar en Río 2016, pero en el resto de participaciones se han saldado con el título.

Más incertidumbre hay en el cuadro femenino, sobre todo por cómo está discurriendo la temporada, sin una dominadora clara y con únicamente la checa Petra Kvitova y la holandesa Kiki Bertens siendo capaces de ganar más de un torneo.

A esto hay que añadir que Serena Williams no está en su mejor forma, y la superficie, una tierra batida en la que no hay una gran dominadora aunque sí nombres a los que prestar atención, como la rumana Simona Halep, actual campeonal, Sloane Stephens y Garbiñe Muguruza.