Carlos Arévalo no consiguió el objetivo de clasificarse para el Campeonato del Mundo de piragüismo. El del Ría de Betanzos no pudo cumplir en la Copa del Mundo de Duisburgo (Alemania) ninguna de las dos condiciones. Ni quedó ayer entre los cinco primeros en la final de K1 200 metros, en la que fue noveno, ni se impuso a su compatriota Carlos Garrote, que fue cuarto. El mejor de los dos lograría la plaza con la selección española y aunque el coruñés se había impuesto al zamorano en el selectivo nacional, el vigente campeón del mundo y de Europa exhibió sus galones para lograr el billete mundialista.

A primera hora de la mañana se vieron las caras en las semifinales. Pasaban tres y Garrote lo hizo como segundo y Arévalo, como tercero, ambos por detrás del lituano Arturas Seja. En la última ronda, solo dos horas después, al coruñés no le fueron bien las cosas. En una prueba de velocidad pura, de poco más de 30 segundos, cualquier error es decisivo. Arévalo estuvo lejos de la lucha por las medallas que encabezó el británico Liam Heath (34.647) por delante del francés Maxime Beaumont (35.111) y del propio Seja (35.251). Garrote fue cuarto con (35.257) mientras que la prestación del palista betanceiro fue de 35.977.

Portela, plata

La incombustible Teresa Portela se hizo ayer con la medalla de plata en la final de K1 200 metros, una presea que le dará mucha confianza de cara a las próximas citas internacionales y que es un respaldo indudable de cara a su preparación para el Mundial, en el que estará en juego su clasificación para Tokio 2020, que es su principal objetivo. Serían sus sextos Juegos Olímpicos.

La gallega paró el crono en 40 segundos y 519 milésimas y tan sólo fue superada por la danesa Emma Jorgensen.