El italiano Danilo Petrucci (Ducati Desmosedici GP19) se hizo acreedor a conseguir su primera victoria y además en casa, en el Gran Premio de Italia de MotoGP disputado en el circuito de Mugello única y exclusivamente por su arrojo y decisión.

Hubo varias claves a lo largo de la carrera, la primera antes incluso de que comenzase al ver la elección de neumáticos de todos los pilotos, donde se vio que, entre los de cabeza, sólo Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V) eligió los compuestos más duros, lo que dejaba claro que el líder del mundial esperaba llegar a jugarse la victoria en las últimas vueltas.

Durante la carrera los momentos más relevantes fueron las salidas que protagonizaron tanto Andrea Dovizioso (Ducati Desmosedici GP19) como Alex Rins (Suzuki GSX RR), que acertaron a la hora de soltar embrague cuando se apagó el semáforo rojo.

Márquez intentó escaparse sabedor que cuantas más vueltas pasasen mejor rendimiento tendría de sus neumáticos, pero ni los dos pilotos de Ducati, ni el de Suzuki, le dejaron, y todos ellos demostraron que sus motos consumen mucho menos el neumático trasero, ya que todos ellos optaron por el medio detrás y delante, salvo Rins, que montó el duro delante.

La carrera se iba a dilucidar en la última vuelta y ahí sorprendió Marc Márquez al ganar por velocidad a las dos Ducati en los más de 1.100 metros que tiene la recta de Mugello. Estaba claro que ninguno iba a ceder un ápice en la apurada de frenada de San Donato, en donde Danilo Petrucci por dentro superó a Dovizioso, que tuvo que levantar su moto, y a Márquez, que se benefició de esa circunstancia para quedarse pegado al primero mientras el segundo se quedó descolgado a tres décimas. Márquez lo intentó el resto de la vuelta pero Petrucci tuvo la convicción de querer ganar en "su" gran premio por primera vez y lo hizo.

La de Moto2 fue una carrera bien distinta, se podría resumir en tres palabras: ritmo, ritmo, ritmo. Ese fue el que impuso Alex Márquez (Estrella Galicia 0'0 Kalex) cuando tuvo la oportunidad y a partir de entonces se encaminó con un pilotaje casi perfecto en pos de su segunda victoria consecutiva de la temporada. De no ganar desde Japón en 2017 a hacerlo dos veces seguidas, lo que además le mete de lleno en la pelea por el mundial tras el discreto cuarto puesto del líder, el italiano Lorenzo Baldasarri (Kalex), y eso que pudo ser peor pues salió decimoquinto.

No hay carrera de Moto3 en Mugello, salvo honrosas excepciones, que no se resuelva en la última vuelta y la de 2019 no fue una excepción. Las caídas rompieron en varias ocasiones el grupo principal pero los italianos contaban con un plus especial por estar en casa, y alguno como Tony Arbolino, con el añadido de buscar inaugurar su casillero de victorias. Lo consiguió, por apenas 29 milésimas de segundo.