Un entierro multitudinario despidió ayer en Utrera (Sevilla) al futbolista José Antonio Reyes, fallecido el sábado a los 35 años en un accidente de tráfico. Sus restos mortales fueron incinerados después de la misa de córpore insepulto, que se ofició en Utrera, su localidad natal. Por otra parte, Lucrecio Fernández, delegado del Gobierno en Andalucía, aseguró que el atestado de la Guardia Civil sobre las causas del accidente en el que murieron Reyes y un familiar, y ha quedado herida una tercera víctima, todavía no se ha concluido.