Campeona gallega de judo durante más de una década y medallista internacional, Rebeca Garrán tenía un futuro prometedor hasta que una grave lesión en el hombro se interpuso en su carrera cuando solo tenía 22 años. "Me lo rompí todo, ligamentos, tendones...", recuerda. Los médicos le dijeron que tenía que dejarlo, que no regresaría al deporte. Pocos confiaban en su vuelta. Pero lo hizo y con sus mejores resultados de siempre. Eso sí, en vez de en judo, en jiujitsu, menos agresivo con esa zona del cuerpo que, confiesa, no está ni mucho menos recuperada al cien por cien. El año pasado fue plata nacional y novena de Europa. Este subió todavía más sus prestaciones y se proclamó campeona de España y hace tan solo dos semanas, quinta de Europa, rozando la medalla. "El cambio fue de cabeza. Volví más mentalizada y sacando fuerzas de donde no las hay. Porque físicamente no estoy mejor. Es pura cabezonería", insiste. Y ya apunta a nuevos retos para una próxima temporada en la que se lanzará a la conquista continental. "Me quedé muy cerca del bronce, lo tenía prácticamente en el bolsillo y ahora tengo esa espina", dice.

Esa superación, el afán por derribar los obstáculos y la capacidad para convertir la debilidad en un punto fuerte son una guía de su reciente carrera. Los tuvo para recuperarse de la lesión. Y la visitaron en el Campeonato de España en el que se colgó su primer oro. Allí llegó muy enrabietada. "Ya iba porque el arbitraje no había sido muy bueno conmigo durante la temporada", relata, "y al llegar allí me cabreé más porque nos habían dicho que el pesaje sería el domingo antes de competir y después nos enteramos de que a algunos ya los habían pesado el sábado por la tarde". Ella llevaba prácticamente todo el día sin comer y sin beber para que la báscula marcara los 48 kilos de su categoría. Las rivales pudieron descansar y reponer fuerzas tranquilamente desde el día anterior, muchas horas antes. "Todo el cabreo yo creo que me sirvió para que justo al día siguiente saliera todo perfecto". Ganó tres combates, dos de forma incontestable ( full ippon). Y en la final, tuvo su revancha. "Era contra la chica que yo creía que los jueces no habían sido justos conmigo con anterioridad. Salí a por todas y sabía que me iba a llegar el oro costase lo que costase", explica. La revancha perfecta. Un seguridad que le abandonó en el Campeonato de Europa, en concreto en el combate por el bronce: "Iba ganando, controlando. Y miré el marcador. Pensé que no se me podía escapar. Y se me fue la cabeza totalmente Me cambió el chip. Los nervios me jugaron una mala pasada".

Ahora para conocer su futuro casi hay que ir al minuto a minuto. Y no por la parcela deportiva, en la que se prepara a conciencia de la mano de Álex Álvarez en el Judo Club Coruña. Sino por la económica. A Rumanía, donde fue el Europeo, el viaje corrió de su propio bolsillo. Y si es seleccionada para el Mundial, que es en Abu Dabi, se lo tendrá que pensar. "Si las federaciones no lo financian, sería la inscripción más los vuelos, la estancia...o eres millonario o no te lo puedes permitir y te en casa a pesar de todo el trabajo", se lamenta. Ella estudia Magisterio Infantil, imparte clases de judo en el colegio Santo Domingo, donde además también realizó las prácticas de la carrera. Una profesora de armas tomar. "Con los niños soy muy buena, en el tatami me transformo", bromea. Compagina todo con entrenamientos de lunes a domingo „si no hay una competición importante en el horizonte sí que descansa un día„ en los que prepara tanto la técnica y la táctica como el físico con cardio y pesas. "Cuando tienes un sueño y te marcas un objetivo, vas a por ello y sacrificas lo que haga falta hasta conseguirlo". Palabra de campeona.