El suizo Roger Federer se vengó de la derrota que Rafa Nadal le infligió hace casi seis semanas en las semifinales de Roland Garros y le venció por 7-6 (3), 1-6, 6-3 y 6-4 para lograr la tercera victoria sobre el español en Wimbledon, donde disputará la final mañana (13.00 horas) contra Novak Djokovic, defensor del título. En una jornada que podría haber sido histórica para el tenis español, con dos de sus representantes en las semifinales por primera vez en la historia del torneo, tanto el serbio, que derrotó a Roberto Bautista, por 6-2, 4-6, 6-3 y 6-2, en dos horas y 49 minutos, como Federer se encargaron de anular el hito.

Djokovic había salvado una delicada situación en el séptimo juego del tercer set (3-3 y 15-40), ante Bautista, pero terminó imponiendo luego su ley y su mayor experiencia en estas rondas. Para el serbio será su sexta final en el All England Club y la 25 del Grand Slam. Para Federer, la duodécima en este torneo, y la 31 en un major. Será el 48 duelo entre ambos, el segundo que más veces se ha dado en la historia del tenis, con 25-22 para Djokovic, que ha ganado el último en las semifinales del Masters 1.000 de París el año pasado (7-6 (6), 5-7 y 7-6 (3), y que en Wimbledon ha triunfado en dos de las tres veces que se ha medido contra el suizo. En las finales de 2014 y 2015 ganó el de Belgrado, y en las semifinales de 2012 triunfó el de Basilea.

Mientras Djokovic persigue su quinto título en Wimbledon, Federer quiere el noveno, con lo que igualaría el registro de la estadounidense Navratilova. Solo el australiano Ken Rosewal, que logró la final del de Wimbledon con 39 años y 246 días, y la del US Open en 1974, con 39 años y 310 días, supera en edad a Federer, como finalista de un Grand Slam desde que comenzó la era Open.

Once años después del considerado mejor partido de la historia del tenis, Nadal y Federer, los dos mismos rivales volvían a enfrentarse aunque en una ronda anterior a aquella gran final. Y aunque la victoria de cualquiera de ellos no servía para modificar sus respectivos estatus en la tabla ATP, en el recuerdo quedaba el trato favorecedor de Wimbledon en esta edición, que según su especial forma de designación de cabezas de serie, había colocado al suizo por delante del español en la lista de favoritos.

El primer set se definió por detalles. Nadal salvó el único punto de rotura de esa manga, cuando el suizo iba por delante 4-3 y el desempate se abrió como puerta para definir el primer parcial. Allí, el balear, que había mantenido el suyo blindado hasta entonces, lo perdió cuatro veces, y Federer aprovechó la primera oportunidad para llevarlo a su marcador.

El partido podría haberse complicado notablemente para el 12 veces ganador de Roland Garros de no haber defendido con éxito los dos puntos de rotura que Federer dispuso en el segundo juego del siguiente set.

Pero el de Manacor salvó esa peligrosa situación, y a renglón seguido logró las primeras oportunidades para romper el hasta ese momento inaccesible servicio del de Basilea. Confirmado el robo, Nadal se fue fácil después hasta el 4-1, y más animado y controlando el saque de Federer, lo volvió a robar (5-1) para cerrar el parcial con el suyo.

Federer comía barritas energéticas, cuando parecía que el desgaste del partido podría ir en su contra. Pero el diez veces campeón en Halle tenía fuerzas suficientes para que en el cuarto juego del tercer parcial se hiciera por primera vez con el servicio de Nadal y pusiera el 3-1. Luego deshacía cinco ocasiones del español, y cerraba la manga con su saque.

Un nuevo despiste de Nadal, esta vez en el tercer juego del cuarto parcial, colocó a Federer con ventaja de 2-1, pero el duelo alcanzó su mayor éxtasis en los dos últimos juegos, cuando Nadal salvó dos bolas de partido con su servicio en el noveno, y luego otras dos más con el de Federer. A la quinta oportunidad, como Bautista ante Djokovic, perdió el partido.

Federer se mantiene inabordable este año sobre hierba, una superficie en la que lleva ya ganados 11 partidos y 187 en su carrera. Sus 19 títulos en esta superficie le servirán para hacer frente el domingo a Djokovic, un jugador que con 15 Grand Slams tiene ahora la oportunidad de acercarse a los 18 majors de Nadal, mientras que el suizo puede ampliar su ventaja si logra el 21.

Nadal no pareció afectado por la derrota. "No necesito tres semanas para recuperarme de esto. Es un partido de tenis, cuando sabes que vas a jugar partidos de este calibre, tienes que estar preparado para asumir las dos cosas, con una visión global y con una visión calmada. Ni ganar es tan fantástico, ni perder es tan traumático", reflexionó. "He hecho semifinales, no se puede considerar un mal torneo. Me recuperaré más bien pronto que tarde", añadió el balear.