Entre Portugal e Italia, Pablo Cancela hace un alto en casa, donde dirigió el Campus al que pone nombre junto a Jordi Bargalló. El jugador coruñés deja el Oliveirense tras tres temporadas y se marcha la próxima temporada al Follonica.

Terminan tres años en Portugal con el Oliveirense. ¿Cómo valora esa experiencia?

Tuve la oportunidad de competir en la mejor competición del mundo, ha sido el campeonato más competitivo, con muchos jugadores importantes. Parece que hicimos un año un poco malo, pero fuimos segundos en la liga y ganamos la Copa. El balance es una final de la Copa de Europa, un segundo puesto en liga que podíamos haber ganado si hubiésemos estado más concentrados todo el año y una Copa. Compartí vestuario con los mejores jugadores del mundo, he sido importante en muchos partidos... mi sueño de pequeño está cumplido. Estoy muy contento. Me da pena porque dejo muy buenos amigos allí, pero quién sabe si algún día nos volveremos a encontrar.

La liga portuguesa se está poniendo cada vez más dura.

En Portugal se están poniendo las pilas con el hockey y eso es bueno para todos. Hará que en España, bueno, aquí es un poco complicado, pero en Italia todos seguramente se tengan que esforzar un poco más para traer jugadores y seguir siendo competitivos.

¿Por qué se decidió por volver a Italia al Follonica?

Será una experiencia diferente de los últimos años porque voy a un equipo que no tiene que luchar por ganar nada pero que no nos cerramos las puertas en ese aspecto. Yo me exijo mucho, espero ganar todo lo que puedo y en cada entrenamiento daré el máximo para ayudar a mi equipo a llegar lo más lejos posible en todas las competiciones. Voy con toda la ilusión del mundo. Voy a entrenar con Enrico Mariotti, que es uno de los mejores jugadores de la historia y a seguir viviendo el hockey cien por cien.

¿No hubo posibilidades de acabar en el Liceo?

No. Este año es el año en el que yo más he insistido porque ya tengo una edad y porque muchos jugadores se iban. Vengo de uno de los mejores equipos de Europa en los últimos años, con pocos minutos pero siempre jugando en los momentos importantes y como uno de los máximos goleadores del equipo. Creo que he hecho méritos, pero otros tienen más oportunidades. Es una pena que el equipo de la ciudad vaya a estar tan poco representado por jugadores coruñeses. Ya no hablo sólo por mí, que yo he tenido la oportunidad de venir otros años y he dicho que no. Hablo de Fariza, de Mantiñán... Pero esto es una empresa, ellos buscan su bien y no le veo maldad. Yo apostaría por Alabart, Lamas, César Carballeira... por la gente de A Coruña. Pero eso no quiere decir que no le desee lo mejor al Liceo. Espero que llegue al máximo, que el pabellón esté lleno y que logre sus objetivos.

Con tres equipos en OK plata, ¿habrá más oportunidades para los jugadores coruñeses?

Estos últimos años en el mundo del hockey hubo mucha inestabilidad. En las canteras coruñesas, como Dominicos y Compañía de María, que son los que más tienen, han hecho un gran trabajo. Ahora se están viendo sus frutos y esperemos que se puedan mantener. Vienen chavales que están muy involucrados, con muchas ganas y ojalá que tengan la posibilidad de llegar o que por lo menos esté esa ilusión ahí. Porque la ilusión traerá más gente.

Cuanto más gente más patrocinadores, ¿o viceversa?

Los sponsors traen jugadores que en dos o tres años se van a ir. Creo que lo importante es trabajar con gente de aquí porque en el futuro llenará el pabellón con su familia, sus amigos, sus entrenadores, sus excompañeros, los niños de su club... si en el Liceo jugara gente de Compañía, Dominicos, Raxoi... iría mucha más afición al pabellón. No es fácil. La base es promocionar el hockey en nuestra ciudad. Y nos tenemos que involucrar todos mucho más. Haciendo fiestas en los partidos, que los jugadores vayan a los colegios... no sé, yo no he estudiado para eso, alguien que entienda sabrá.

¿Volvería para jugar en Compañía o Dominicos?

Lo que quiero ahora es jugar en Follonica. Pero después lo que quiero es venir a A Coruña y no me importaría hacerlo en Compañía de María o en Dominicos. Es más, me encantaría volver y acabar jugando con mi ahijado en cualquier sitio y ser entrenado por cualquiera de mis amigos.