María Sanjurjo María Sanjurjono había marcado ningún gol en todo el campeonato. No había jugado ni un segundo en la final, tampoco en las semifinales. Y en el minuto 45, cuando Argentina cometió su décima falta, Ricardo Ares le dijo que entrara. Llevaba un rato calentando. Parecía que el entrenador la había reservado para eso. Para justo el momento más decisivo de los World Roller Games de Barcelona. Y no le tembló el pulso. La coruñesa entró en la pista, con cara de concentración máxima. Con confianza, aparentemente sin nervios. Se plantó en el punto de la directa, esperó a que el árbitro señalase que podía iniciar el movimiento, hizo tres recortes para quebrar a la portera Anabella Flores y la metió dentro. Todas sus compañeras se le echaron encima. Lo que acababa de hacer solo está al alcance de las elegidas. Puso en el bolsillo de la selección española tres partes del título, entero cuando a los dos minutos también subió al marcador el octavo. Tercer Mundial consecutivo para España, séptimo en su historia y primero en el palmarés de la coruñesa. Seguro que no es el último. Tiene solo 18 años.

Su gol cambió la final. Hasta entonces había estado muy igualada, pero siempre con cierta ventaja para las españolas. Sus compañeras habían hecho un buen trabajo previo. Berta Busquets omnipresente. La lucha de Laura Puigdueta. Marta Piquero y su potencia. Las paradas de Laura Vicente y Teresa Bernadas. La inteligencia de Sara Lolo... todo para contrarrestar la inconmensurable clase y calidad de Luchi Agudo, que se echó el equipo argentino a sus espaldas. Cada vez que marcaba la selección española, ella respondía. Un ritmo trepidante. Así se llegó al 5-6 y con los dos equipos con nueve faltas. A la décima infracción de cualquiera de los dos, habría una directa. La bola parada iba a ser decisiva. María Sanjurjo calentaba en el banquillo. Y llegó su momento.

No haberla metido hubiese supuesto seguir solo con uno de ventaja y con la amenaza de la décima a la vista y por lo tanto, con la posibilidad del empate de Argentina. Por eso fue tan importante. Porque las sudamericanas acusaron el golpe. Quedaban cinco minutos y aunque había tiempo para remontar, la directa de la coruñesa fue la puntilla. Para cuanto más cuando la ex del Liceo, ahora en las filas del Telecable Gijón, hizo a la contra el octavo. Imposible imaginar un guión mejor para su debut con la selección.

El ritmo del partido fue altísimo. Una final con todas las letras entre dos selecciones que están un punto por encima del resto. Golpeó primero España, que lo intentó desde el inicio por medio de su goleadora Laura Puigdueta. Sin embargo fue Berta Busquets la que consiguió el primero. Se coló por el medio del área y cayéndose marcó el primero. La respuesta de la capitana argentina no se hizo esperar. Agudo empató, pero solo unos segundos después llegó la contrarrespuesta local. Tras un disparo de Sara Lolo, su compañera en el Gijón recogió el rechace para batir de nuevo a la meta sudamericana. Las Águilas no se rendían, movían la bola rápido y todo tenía que pasar por su estrella, que se encargó de volver a empatar. Antes del descanso, España se puso por delante en otra contra. Robó Florenza en el centro de la pista y aunque falló el mano a mano con la meta, llegó la siempre atenta Puigdueta para rebañar el rechace.

La ventaja al descanso se diluyó cuando al inicio del segundo acto Lorena Rodríguez igualó con el tercero de Argentina. Tira y afloja. Pero la selección que dirige Ricardo Ares tampoco estaba dispuesta a bajar los brazos. En una jugada de Puigdueta por detrás de la portería, encontró a Piquero en el borde del área que amagó el disparo, pero se la dio a Busquets bien situada en el primer palo para el 3-4. Y poco después, el quinto con un palazo casi desde media pista de Marta Piquero. Por fin España tenía dos goles de renta. Hasta que, como siempre, Agudo, recortó, con polémica porque reclamaron que empujó la bola con el hombro. La respuesta fue de Sara Lolo, y otra vez Argentina dejó la ventaja en uno con un disparo de Adriana Soto. Así, con el 5-6 se entraron en los minutos decisivos, los que fueron para María Sanjurjo.

En la final de consolación, Chile, dirigida por el exentrenador del Liceo José Querido, se llevó la medalla de bronce al imponerse a Italia por 3-0. Portugal, Alemania, Francia y Suiza cerraron la clasificación final, con Colombia ganadora de la Copa Intercontinental por delante de Gran Bretaña. En el apartado individual, Luchi Agudo, con diez goles, se llevó el premio a la pichichi del campeonato por delante de la española Laura Puigdueta, con nueve, y de la portuguesa Marlene Sousa, empatada a siete con la también española Aina Florenza.