Hace unos días que la selección española de natación artística abandonaba Corea del Sur tras haber hecho historia en el Mundial de Gwangju. La gran protagonista fue Ona Carbonell, que al colgarse tres medallas llegó a la cifra de 23, lo que la convierte en la mujer más laureada de todos los tiempos. Que las nadadoras españolas son unas auténticas referentes para este deporte es un hecho, y la sincronizada va adquiriendo poco a poco una mayor presencia entre los más jóvenes. También en A Coruña, donde el Sporting Club Casino y el Acuatic Oleiros „también está el CN Coruña y el Aguamarina de Culleredo„ han finalizado una temporada repleta de éxitos.

Sus coordinadoras, Rosana García y María Rey, lo tienen claro: el auge de la sincro aumenta con este tipo de competiciones y la representación de deportistas como Carbonell es fundamental para visibilizar la especialidad. El efecto de la catalana ya había causado sensación en A Coruña. "Mis niñas están obsesionadas con Ona, con todo lo que hace, su programación, de dónde salió, sus libros, los bañadores que diseñó... Quieren todo de ella. Algunas están este verano en su campus. Es vital que haya una nadadora de este nivel para el deporte", afirma Rosana.

Si bien la natación sincronizada es a día de hoy un deporte minoritario, las entrenadoras hacen hincapié en valores como el compañerismo, la responsabilidad y la amistad que promueve este deporte, fundamentales para las nuevas generaciones. "En la sincro la colaboración de cada miembro del equipo es importante y cada una tiene su papel. Cuando gana una, ganan todas. Y cuando pierde una, pierden todas. El compañerismo es brutal", cuenta María, y continúa: "Muchos padres me cuentan que las niñas están agobiadas o que tienen problemas personales y que venir a entrenar es su vía de escape, su desahogo. La sincro es su apoyo, su segunda familia. Eso es lo más bonito en este deporte, lo más bonito de nuestro club".

Rosana relata también las preocupaciones de las familias acerca de cómo se las apañan los más pequeños en la piscina: "A muchos niños les falta independencia al principio. Yo siempre digo que el primer día la niña llegará a casa llena de jabón, pero al tercero aprenderá. En este deporte adquieren mucha libertad e independencia. Nosotros las controlamos, pero no estamos detrás de ellas siempre y de eso se trata, de que se responsabilicen".

El Acuatic Oleiros, activo desde 2009, ha vivido una evolución mayúscula desde su fundación y en la actualidad cuenta con 180 integrantes, convirtiéndose en "el club de sincro más grande de Galicia", tal y como informa María Rey. La coordinadora cuenta que entre sus deportistas hay nadadoras de entre 5 y más de 18 años, y que las que compiten en la categoría de base a nivel autonómico han reunido grandes éxitos durante los últimos años. "Esta temporada hemos revalidado por tercer año consecutivo el título de mejor club de Galicia en esta categoría, tanto con las mayores como con las pequeñas. Además, hemos conseguido varias medallas en grupo e individualmente tenemos niñas que quedaron campeonas gallegas y subcampeonas".

Rey asegura que lo suyo es puramente vocacional: "Yo estudié una carrera de deportes porque mi pasión era la sincro, y me dedico a esto porque nadaba de pequeña", explica, y continúa: "Gracias a eso puedo ponerme en la piel de las niñas, explicarles las sensaciones que se viven debajo del agua y motivarlas enseñándoles vídeos de sincro o incluso llevándolas conmigo a ver algunos campeonatos, como el de España en Valladolid", concluye.

El Casino, a los Nacionales

El Sporting Casino, por su parte, es un club pequeño, pero sus 26 nadadoras, que rondan entre los 6 y los 14 años, consiguieron unos resultados espectaculares este año: fueron el segundo mejor club de Galicia precisamente por detrás del Acuatic. "A nivel grupal hemos conseguido medallas en todas las categorías, y a nivel individual, medallas en cuatro de las nueve clasificaciones que hay", informa Rosana. La coordinadora asegura que el año que viene el club irá a los campeonatos nacionales, y que su objetivo será preparar las pruebas de acceso.

Gracias a las instalaciones y a los recursos que ofrece el Casino, Rosana integra una metodología muy original en sus entrenamientos: "Este deporte requiere mucho tiempo y esfuerzo. Pensé que durante la hora de descanso entre el entrenamiento en seco y en piscina las niñas podían hacer los deberes en un aula del centro con una profesora. Así pueden cumplir con sus obligaciones académicas sin renunciar a hacer lo que más les gusta". La entrenadora asegura que el objetivo del club es "hacerlo todo mediante el deporte" y utilizarlo como "una tarea educacional sin perder de vista la competición". "Queremos que las niñas sean adultas sanas y activas el día de mañana, que crezcan en un ambiente saludable. No es solo competir y entrenar, y eso nos diferencia de los otros clubs", añade.