Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V9) se adjudicó su octava pole position de la temporada con la contundencia que le suele caracterizar cuando se siente fuerte y en Silverstone, escenario del Gran Premio de Gran Bretaña de MotoGP, doblegó a sus más inmediato rivales por más de cuatro décimas de segundo.

Una vez más la estrategia de Márquez y su equipo fue la acertada, trabajar para conseguir un buen ritmo de carrera durante todo el fin de semana y dejar para el final la pelea por una buena clasificación en la formación de salida, y lo mejor del caso es que tanto un objetivo como el otro acabaron en posesión del quíntuple campeón mundial de MotoGP.

Tras el pertinente paso por talleres para cambiar de neumáticos, las prisas forzaron situaciones muy distintas para los pilotos, en el caso de algunos obligados a forzar para no verse muy atrás en la clasificación y en el caso de otros, como Marc Márquez, con "solvencia" como para esperar el momento oportuno para iniciar su asalto a la pole.

En esas condiciones Rossi estaba obligado a tirar para intentar dar un paso adelante y Márquez lo utilizó de referencia y acertó, pues en su paso por meta el italiano paró el crono en 1:58.596 y el español pulverizó ese registro para establecer un nuevo récord de la categoría en 1:58.168.

Y si Márquez fue la cara, su compañero de equipo, Jorge Lorenzo, protagonizó la cruz. De vuelta tras cuatro grandes premios de baja por la lesión que sufrió en Assen (Holanda), el piloto balear no ha sido ni una sombra de lo que era.

En Moto2, Alex Márquez (Estrella Galicia 0'0 Kalex) demostró el porqué de su liderato en la categoría y en unas sesiones de entrenamiento en constante progresión, refrendó la misma con una pole.

Y en Moto3, Tony Arbolino (Honda) dominó desde la primera a la última sesión y lo hizo a ritmo de récord, como en el resto de las categorías, por delante de su compatriota Lorenzo dalla Porta (Honda), líder del mundial.