La selección española exhibió sus virtudes ante Túnez en lo que terminó siendo un plácido estreno mundialista ante un campeón africano que, aunque aguantó hasta el descanso, se vio avasallado en una segunda parte para enmarcar que deja grandes sensaciones en el equipo español.

Las dudas iniciales de los españoles, que les pusieron por debajo al final de los primeros diez minutos y solo les permitieron una renta de tres puntos en el intermedio, se despejaron tras el paso por vestuarios, cuando pusieron en práctica su mejor baloncesto y se cargaron de optimismo de cara al futuro, mandando de paso un serio aviso a sus rivales.

Volvió a brillar Ricky Rubio en la dirección y al encarar el aro y también estuvieron especialmente inspirados hombres como Llull, Pau Ribas, Juancho Hernangómez o Marc Gasol, si bien sobresalió la labor de conjunto sobre las individualidades.

Ya de salida, Rubio prolongó su excelente momento de forma y exhibió su catálogo de recursos en ataque para estrenar, con un triple desde la esquina, un marcador que se puso de inmediato 7-0 tras la segunda canasta del catalán y otra bajo aros de Gasol.

Parecía que todo arrancaba bajo control al ritmo que marcaba el nuevo base de los Phoenix Suns. España se veía superior y se esmeraba en defensa buscando la velocidad en sus salidas, aunque empezó a conceder demasiado pronto canastas fáciles que permitieron el despertar tunecino.

Poco a poco, el ataque español se fue atascando, ahogado en un mar de dudas, lo que vino acompañado del primer arreón de los jugadores que dirige el portugués Mario Palma, lo que igualó un primer cuarto de pocos puntos y escaso juego (16-17, min. 10) .

En la reanudación, dos triples de Michael Roll y Salah Mejri empezaron a mosquear al banquillo español, que paró el partido transcurridos poco más de dos minutos al comprobar que el equipo seguía sin carburar como debía mientras que su rival mejoraba sus prestaciones y disfrutaba haciéndole daño a la segunda selección en el ránking FIBA (18-25, min 13).

Con tres puntos en otros tantos minutos como bagaje y la defensa haciendo aguas, la brecha creció hasta los diez puntos. España dijo basta. Apretó en defensa y, en el otro aro, los triples de Sergio Llull, por partida doble, Quino Colom y Rudy Fernández sellaron un 12-0 que volvió a poner las cosas en su sitio.

Se entró de nuevo en una fase de intercambio de golpes en la que primaban las acciones individuales -como un par de entradas de Ricky Rubio muy coreadas por el público- sobre el juego de conjunto. España seguía sin romper un partido que se fue al descanso con una exigua renta a su favor y mucho por hacer en la segunda parte (42-39, min 20).

Y los jugadores españoles se aplicaron a lo grande desde el primer ataque. De nuevo salieron mejor a la pista del Guangzhou Gymansium y necesitaron poco más de dos minutos para completar un parcial de 11-0 que empezó a despejar el panorama.

A ello contribuyó la gran defensa desplegada por los hombres de Sergio Scariolo, que cegó las acometidas tunecinas, se hizo con el monopolio del rebote y solo permitió tres puntos en su canasta en los primeros seis minutos del tercer acto.

Con el campeón de África fuera del partido, todo fue mucho más fácil para los españoles, que, protegidos por el marcador, seguían creciendo en su baloncesto.