Alejandro Valverde (Movistar), considera que conseguir el podio en Madrid al final de la Vuelta "sería un gran premio" para él, que, a falta de la última semana de carrera es segundo en la clasificación general.

El campeón del mundo está a 2.48 del líder, el esloveno Primoz Roglic, y tiene una ventaja de 54 segundos y 1:11 sobre el tercer y cuartos clasificados, Tadej Pogacar y Miguel Ángel López, respectivamente.

En una rueda de prensa que dio en la localidad burgalesa de Lerma junto a su director, Eusebio Unzué, y su compañero, el colombiano Nairo Quintana, Valverde, de todos modos, no descartó nada para una última semana de carrera en la que "puede pasar de todo".

En ese sentido, reparó en que la etapa de mañana por la sierra de Madrid, con cuatro puertos de Primera y final en Becerril de la Sierra, "aunque no es tan exigente" como las etapas de los últimos días en Asturias, "sí que es exigente".

En todo caso, está contento de como le van las cosas, hasta sorprendiéndose a sí mismo por su rendimiento y "con la misma ilusión que cuando tenía 23 años".

"Estoy muy contento. La gente me quiere muchísimo. Yo mismo no dejo de sorprenderme con 39 años como en mi segunda Vuelta en 2003. Sigo atacando y siendo como soy yo, Alejandro Valverde, dando lo máximo y dándolo todo para el público", dijo, "orgulloso" por otro lado de ser un ejemplo para los chavales a los que pone su historia como ejemplo de superación.

"Estamos ahí, estamos bien y tenemos que seguir pensando que podemos estar ahí hasta el final de la Vuelta", resumió sus sensaciones de cara a un final de carrera en la que no teme que le pase lo de la edición de 2018, cuando se quedó sin fuerzas en el último fin de semana.

"Miedo no tengo. Está claro que puede ocurrir, pero si tienes miedo de que te pueda pasar te va a pasar seguro. Pero no hay motivos para pensar que pueda pasar", manifestó.