"¡Shhhh, que viene!". Jacobo Garrido subía las escaleras mientras en el salón de actos del colegio Liceo La Paz le esperaban sus compañeros de aulas para hacerle ayer un homenaje sorpresa por su reciente medalla de oro mundial de natación adaptada. "Hace cuatro minutos estaba esperando en la puerta de clase y no había nadie. Cuando me dijeron que subiera al salón de actos... algo me esperaba", decía el propio campeón cuando le pidieron unas palabras. Antes había sido recibido con aplausos y una pancarta portada por sus seis amigos más cercanos en la que se leía "¡Campeón! Jacobo Garrido. El Liceo La Paz te da la bienvenida". También se proyectó un video con su emocionante carrera y victoria y las directoras del centro, Teresa Fiaño y María Luisa Pérez-Roca, le hicieron entrega de una placa como recuerdo. Un sencillo acto de veinte minutos para un sencillo campeón. "Eres un ejemplo, no cambies nunca", le despedía Javier Fernández, coordinador de Bachillerato entre un "ohhh" del público entregado.

Y es que el nadador llegaba convencido de su incorporación a las clases. Está de vacaciones, pero solo de la piscina. "Muchas gracias por el apoyo en el día a día", se soltó a decir frente a un salón de actos llenos hasta los topes, "sobre todo a los que están ahí atrás, que estuvieron conmigo en Londres". Pocas palabras bastaron. Se explayó más su entrenador, Jesús de la Fuente, que subió al estrado para hacer una media promesa. Ya casi pedía cita para dentro de un año volver y celebrar el oro olímpico. "Son palabras mayores. Todos se prepararán como nunca, nosotros también iremos a por ello", recalcó y confesó que, aunque ya hace diez años que le dijo a su pupilo que iba a ser campeón del mundo y que este año, viendo su progresión, lo veía más factible que nunca, que tuvo que ver la carrera varias veces para comprobar que era verdad. "Fue impresionante verlo en directo. Era la oportunidad de su vida. Estaba en sus manos y quedó todo demostrado", añadió.

Javier Fernández, coordinador de Bachillerato -Jacobo, que tiene 17 años, estudia el segundo curso-, habló en nombre del centro, un colegio que está acostumbrado a las hazañas deportivas, casi siempre sobre ruedas. No hace ni dos meses que también fue homenajeada la campeona del mundo de hockey María Sanjurjo, que aunque no era alumna, sí que pasó buena parte de su vida en el patio, donde se formó como jugadora. "Gracias por cómo eres", le dijo Fernández, que alabó de él no solo sus méritos deportivos: "Lo más importante es lo personal, porque desde muy pequeño representas valores como el afán de superación, la lucha, el sacrificio, el esfuerzo, el trabajo en equipo, la humildad, con esa timidez siempre escondida bajo tu sonrisa. Podrás alcanzar todo lo que propongas en la vida", concluyó.