En el Reus que el domingo se proclamó campeón de la Supercopa de España, además de los ya conocidos Álex Rodríguez, Romà Bancells y compañía, llamó la atención la soltura y la naturalidad con la que un jugador de 19 años se consagraba en una plaza mayor, el coruñés Pablo del Río. Uno de los talentos de la cantera del Liceo y de Compañía de María y que explotó como la revelación del torneo: "No acabo de creerme que me esté pasando esto, ahora", comenta.

Este es su segundo año en Reus. El anterior, compaginaba el júnior con el filial, aunque hizo alguna aparición con el primer equipo. Para este curso parece llamado a más, sobre todo por la confianza que Jordi García demostró en él en Igualada, donde fue el primer recambio desde el banquillo tanto en las semifinales contra el Liceo como en la final frente al Barça. "Salí como si fuera un partido más. Porque creo que si el entrenador confía en mí y me pone es porque me lo merezco. Y no tengo que cohibirme", explica. Y vaya si no lo hizo. Descaro y calidad a raudales.

La lesión del también coruñés César Carballeira, que fue operado el lunes de una fractura de tibia y peroné y al que le dedica el triunfo -"esta copa es para él"-, le abre ahora las puertas del primer equipo. "En principio estoy para el filial, pero en el momento que juegue seis partidos en OK Liga, ya no puedo volver a bajar y me quedaré ya en OK Liga", desvela y añade: "Quiero aprovechar esta oportunidad y trabajaré todo lo posible para seguir y ganar muchos más títulos".

Porque ya no se conforma con la Supercopa. "La victoria contra el Barça en la final nos da alas porque creemos que si ya lo hemos hecho una vez, podemos volver a hacerlo. Es un aliciente para comernos el mundo", analiza y apunta hacia todas las competiciones, la Champions, la Copa del Rey y la liga, que este año estrena formato con el play off, una fórmula que cree que es buena para todos. "La temporada pasada nuestra temporada se terminó en abril", reconoce.

Otro de los rivales será el Liceo al que se enfrentó en semifinales. El Reus ganó, pero Del Río le augura un buen futuro al equipo de su ciudad: "Tiene un ritmo de cambios muy alto, muy pocos equipos se lo pueden permitir. Es un bloque fuerte y joven. Dará guerra".