Un flojo y decepcionante Barcelona perdió en Los Cármenes ante el Granada, que se confirma como la gran revelación en este inicio de campeonato y se coloca como líder provisional de LaLiga Santander.

Los goles de Ramon Azeez al inicio del partido y de Álvaro Vadillo de penalti en el segundo tiempo permitieron a los andaluces llevarse el triunfo ante un Barcelona atascado y que apenas creó peligro en todo el partido.

El técnico del Barcelona, Ernesto Valverde, volvió a dejar de inicio en el banquillo a Leo Messi, tal y como ya hizo el martes en el partido de Liga de Campeones ante el Borussia Dortmund, esta vez junto a Ansu Fati para formar de inicio con Luis Suárez, Antoine Griezmann y Carles Pérez como tridente atacante.

En la primera acción del partido marcó el Granada, aunque los visitantes pidieron una posible falta sobre el francés Clemen Lenglet en el origen de la jugada que acabó en el tanto que inauguró el marcador.

Pasaban sólo unos segundos del primer minuto cuando el centro de Antonio Puertas se envenenó tras tocar en un defensa y Azeez remachó de cabeza en la línea de gol.

Valverde dejó en el vestuario en el intermedio a Junior Firpo y a Carles Pérez para dar entrada a Ansu Fati y a Messi, aunque al inicio del segundo tiempo volvió a estar a punto de marcar de nuevo el Granada tras un fallo de Ter Stegen que casi se cuela el balón en su propia meta al no blocar bien un balón fácil.

Mejoró algo el Barcelona con Messi jugando entre líneas por detrás de los tres atacantes y Ansu Fati dando profundidad al campo por la izquierda, agotando sus cambios Valverde con media ahora aún por delante al entrar el chileno Arturo Vidal por el croata Ivan Rakitic.

Nada más entrar al campo, Arturo Vidal tocó con la mano el balón en el área tras una falta botada por Vadillo y el propio extremo granadino se encargó de marcar el 2-0 al transformar un penalti señalado por el árbitro tras consultar el VAR.

El Barcelona probó por primera vez al portugués Rui Silva en el minuto 68 en una buena jugada personal de Ansu Fati, el único jugador capaz de desequilibrar en los visitantes.

Los de Valverde apretaron en el último cuarto de partido, aunque con más corazón que fútbol, y pisaron mucho el área local aunque sin ocasiones claras hasta que Messi puso a prueba a Rui Silva a falta de diez minutos.

Ahí se acabó el bagaje ofensivo de un Barcelona incapaz que vio cómo las últimas ocasiones, incluso, fueron de los locales, con una falta directa lanzada por Vadillo que se marcho fuera de la portería por poco.