El Huesca volvió a situarse en los puestos de promoción de ascenso, tras romper una racha de dos derrotas consecutivas, al imponerse por 0-1 al Extremadura, en una jornada en la que el Oviedo sumó un nuevo tropiezo, que condena a los carbayones a seguir como colistas.

Ni el cambio de entrenador, ni un nuevo gol de Alfredo Ortuño, que sumó su quinta diana en la competición, sirvieron para evitar la derrota del Oviedo, que cayó por 2-1 ante la Ponferradina, en un choque en el que el conjunto astur volvió a ser víctima de sus problemas defensivos.

Una debilidad que permitió al equipo leonés dar la vuelta al marcador en apenas cuatro minutos con los goles de Yuri, que estableció el 1-1 a los 60 minutos, y Pablo Valcarce, que estableció en el 64 el definitivo 2-1 tras enviar desde el suelo a las redes un balón rechazado por la defensa ovetense.

Acción que volvió a dejar sin premio los tantos de Ortuño, que comparte la primera posición de la clasificación de máximos goleadores con el senegalés Sekou Gassama (Almería) y el uruguayo Cristhian Stuani (Girona).

Y es que los cinco tantos del delantero oviedista tan solo han servido a su equipo para sumar dos puntos, todo lo contrario que el Girona, que ha rentabilizado al máximo las cinco dianas de Stuani.

Tal y como volvió a ocurrir ayer ante Las Palmas, en un encuentro en el que los de Juan Carlos Unzué se hicieron con los tres puntos en juego gracias a un solitario gol de penalti (1-0) del atacante internacional charrúa a los 64 minutos.

Dato que confirma la absoluta dependencia de Girona del rendimiento del jugador uruguayo, pese a que, sobre el papel, el conjunto catalán cuenta con una de las plantillas compensadas de la competición.

Mucho más coral es la distribución de los goles en el Huesca, donde hasta cinco jugadores distintos han logrado anotar ya en la presente temporada, el último el centrocampista, y exdeportivista, Juan Carlos Real, que firmó el tanto de la victoria (0-1) del conjunto oscense en su visita al campo del Extremadura. de Manuel Mosquera.

Un gol que además de para romper la racha de dos derrotas consecutivas con la que llegaban los aragoneses a Almendralejo, deberá servir para encontrar la paciencia que solicitaba el técnico del conjunto oscense, Míchel.