El Barcelona consiguió ayer la victoria frente al Villarreal gracias a los goles de Griezmann y Arthur, ambos en la primera mitad, en un partido que terminó sin Messi, nuevamente lesionado, y con los mejores momentos protagonizados por el joven Ansu Fati.

El equipo de Ernesto Valverde cogió aire al calor de su afición. Hasta la fecha, el Barça sólo sabe ganar en el Camp Nou y sufre lejos de la Ciudad Condal. Ayer parecía que iba a golear al Villarreal, pero la contención de los amarillos y un gol de Cazorla al borde del descanso añadió picante al desenlace final del encuentro.

Los culés arrancaron con mucha fuerza y con la tripleta formada por Suárez, Messi y Griezmann. A los cinco minutos, el francés encontró el camino del gol en un córner botado por 'el argentino, que envió un caramelo al primer palo y Griezmann metió levemente la cabeza.

El gol anestesió a los pupilos de Javi Calleja, sin reacción en la medular y sin ocasiones. Ter Stegen fue un mero espectador en el arranque del choque. Para colmo, el Barça amplió su renta anunciando una goleada. En esta ocasión los focos apuntaron a Arthur, que enganchó un disparo a más de 20 metros que fue imparable. El partido se durmió y ahí aprovechó el Villarreal para enseñar las garras. Al borde del descanso, Cazorla sacó brillo a sus botas con un disparo desde la frontal que no pudo atajar Ter Stegen.

El gol cambió por completo el partido y el Villarreal optó por manejar el cuero sin tanta premura. El Barça fue quien tuvo que adoptar otra actitud. Cazorla repitió atrevimiento con un disparo lejano, pero algo flojo, y Moi Gómez siguió su ejemplo. Ninguno de los dos pudo dar el susto. Sin más ocasiones claras, sólo la presencia del canterano Ansu Fati dio alegría al tramo final del partido. El joven guineano tuvo dos ocasiones en los dos primeros lanzamientos y pudo haber marcado.