Un 13-0 necesita poca explicación. Y es que ayer el Deportivo Liceo fue prácticamente el único equipo sobre la pista del Palacio de los Deportes de Riazor. El Palafrugell fue devuelto a la realidad por una apisonadora sin piedad. Con doce goles, dos jugadores locales todavía seguían presionando la salida de la bola detrás de la portería. Los verdiblancos son una bala. Van a una velocidad de vértigo, con contras que son como relámpagos. Vistas y no vistas. Presionan, no dan respiro. Ahogan a su rival. En una misma jugada pueden rematar hasta tres veces a gol. Ayer fueron 13 y pudieron ser más. Un vendaval liderado por David Torres pero en el que sobresalió lo colectivo. El conjunto dirigido por Juan Copa ya es líder en solitario con un pleno de nueve puntos tras tres victorias en tres partidos. Por lo menos a la espera de que el Igualada, el único que le puede seguir el ritmo, recupere un partido atrasado el miércoles en Lleida.

La superioridad verdiblanca fue desde el minuto uno hasta el cincuenta. Y no hubo que esperar mucho tiempo para empezar a celebrar los goles. En seis minutos, de hecho, David Torres ya había completado su particular hat trick „que después ampliaría a cinco tantos„. El capitán realizó toda una exhibición ofensiva. Tenía un recurso para cada ocasión y casi todos con un mismo final: la bola en las redes. La primera vez, en una contra meteórica en la que Maxi Oruste conectó con el coruñés en el segundo palo y este solo tuvo que definir. El segundo fue de malabarista. Se quedó solo frente al portero „el Palafrugell reclamó falta al borde de su área„, mareó con sucesivos amagues y finalmente la picó para batir por alto a Lizón. Y completó el festival en otra acción rápida.

El encuentro no había hecho otra cosa que arrancar y ya estaba listo para sentencia. Pero eso no significó que los locales aflojaran el ritmo o pisaran el freno. Siguieron a lo suyo, a velocidad de crucero, sin un segundo de descanso, agobiando una y otra vez al oponente, al que apenas le dejaban pasar del centro de la pista. El siguiente en tener su protagonismo fue Roberto di Benedetto, que por fin le salió una de sus típicas jugadas, Se fue por velocidad por la izquierda y disparó directo a puerta. Ya iban cuatro.Empezaron las rotaciones verdiblancas y el nivel no bajó. Se fue un goleador y entró otro. Marc Grau está en uno de esos momentos en los que la confianza le da ese plus de cara a portería. Marcó el quinto, el sexto y el séptimo, los dos últimos tras buenas combinaciones en las que Bruno di Benedetto le acabó encontrando solo frente al meta. No solo patinan rápido los de Juan Copa, sino que la circulación de la bola es de vértigo.Con toda la segunda unidad en pista todos aprovecharon sus minutos. En especial Facu Bridge. Al argentino le tocó compartir puesto este con uno de los hombres más en forma de la plantilla, Franco Platero „ambos salieron de inicio en el segundo tiempo„. Pero ha sabido esperar su momento para brillar con un partido impecable en el que asombró con sus cambios de ritmo, aunque le faltó el gol. Por fin lo encontró su compatriota Maxi Oruste, que hizo el octavo justo antes del descanso.

Con un 8-0 podría ser difícil afrontar el segundo tiempo con la misma concentración e intensidad. No lo necesitaba, pero el Liceo fue a por más. Franco Platero, un gran definidor, anot´´o el noveno antes de entrar en una ronda de directas. Primero la tuvo Ferrán García tras la décima falta local. Paró Carles Grau, de nuevo segurísimo bajo palos. Después pudo ampliar la renta su hermano Marc, pero el portero visitante se empleó bien. Y otro penalti para el Palafrugell en el que Aldrich lanzó al cuerpo de Grau. Entre tanto, Oruste aprovechó para marcar el décimo, momento en el que Juan Copa dio entrada a Martín Rodríguez en al portería. Fue justo antes de que el partido se descontrolara. Azul a Ferrán García „falla Ciocale la directa„. Azul a Oruste. Azul a Roberto di Benedetto „falla Ramón la directa„. Azul a Sergi Canet. Fabrizio Ciocale sí marcó esta vez con su habitual clase. Ya en la recta final, David Torres elevó la cuenta a trece. El número de la mala suerte para los supersticiosos. El del liderato para el Liceo.