Aprieta el Barça, que ganó ayer al Caldes en el partido inaugural de la cuarta jornada (8-1) y se puso con nueve puntos. Los mismos que tiene el Deportivo Liceo „y el Igualada„, que puede contestarle hoy en su visita al Calafell (21.30 horas). Después de la versión apisonadora con los trece goles anotados frente al Palagrufell el pasado fin de semana, pocas dudas quedan ni del rendimiento del conjunto de Juan Copa ni de cuál será su estilo de juego: intensidad, velocidad, movimiento de bola, aprovechamiento del primer y segundo palo. Quien pueda, que le siga. Y quien lo consiga, que bata a Carles Grau, un muro en este inicio de curso. Con estos argumentos, los catalanes, cuyos objetivos distan de los de los verdiblancos, intentarán jugar sus bazas: esperar, salir a la contra y ser eficaz en sus oportunidades. Peligroso, pero no siempre suficiente para frenar al conjunto coruñés.

No es un escenario en el que se sienta incómodo el Liceo. Es más fuerte cuanto mayor es su posesión de la bola. Pero tiene que estar atento a cualquier pérdida en zonas peligrosas. El Calafell ya le complicó el estreno al Igualada en la primera jornada. Los arlequinados, el único equipo invicto junto al verdiblanco, sufrieron para llevarse el triunfo frente a los de Ferrán López. El partido estuvo igualado y solo en los últimos minutos Jordi Méndez, que marcó los cuatro tantos de los igualadinos, decantó el triunfo para los suyos (4-3). Después, el Calafell pasó página y se impuso con claridad al Vic por 5-1 „que es el colista de la competición„ y la semana pasada empató frente al Lloret (2-2). Cuatro puntos para una, por el momento, confortable séptima plaza. Arnau Xaus y Sergi Torné lideran la aportación goleadora, con tres tantos cada uno.

En esa faceta, por el bando liceísta destacan Marc Grau (6) y David Torres (6), ambos en un momento dulce. Pero en este equipo el grupo siempre está por encima de las individualidades. Con una plantilla amplia, las rotaciones „no baja el nivel cuando salen frescos los del banquillo„ y al alto nivel de exigencia acaba ahogando a sus rivales. Así han caído tres. Van a por el cuarto.