Evitamos las presentaciones, ¿verdad? Con todos ustedes Marc Márquez Alentà. Campeonísimo de todo. Ya saben, nacido en Cervera (Lleida), hace 26 años. Poseedor de casi todos los récords de precocidad de la historia del motociclismo.

Lleva usted 15 podios en 16 grandes premios, ¿me explica cómo lo consigue?

Era el objetivo de este año: estar siempre en el podio. Y, sí, lo estamos consiguiendo. Es mi año más sólido, con diferencia, incluso en circuitos que no me van y en unas situaciones más extremas.

Si fuese uno de sus rivales ¿qué pensaría al ver a Márquez primero desde el minuto uno de cada viernes?

Pensaría: ¿qué tiene este tío? ¿Qué hace diferente a mí para ser tan rápido, tan pronto? Eso es lo que hago yo, por ejemplo, cuando Dovi (Andrea Dovizioso) o Fabio (Quartararo) van más rápido que yo en algún punto del circuito, el que sea.

Pero eso de salir cada viernes como una bala tiene truco, ¿no?

Primero, quiero tener un buen tiempo pronto para no tener problemas de calificación. Y, segundo, intento sembrar, cuanto antes, la duda en la mente de mis rivales. Es la manera de forzarles a buscar soluciones donde no las hay, donde no las encontrarán y, mientras, tú avanzas. Quiero que estén más pendientes de mi que de ellos.

La Honda de este año le ayuda mucho en esa misión, ¿no es así?

Tenemos mejor motor, sí, más potencia, más velocidad punta. Hemos perdido alguna cosa, por ejemplo, la durabilidad del neumático trasero, pero ahora ya solo dependo de mí. El año pasado, tenía que ir siempre a rebufo de Dovi. Ahora entro un poco más lento en las curvas, pero salgo más rápido.

Gustó mucho que, al celebrar su octavo título, dijese que le gustaría ser recordado como Randy Mamola, un piloto espectacular, que, aunque no ganó títulos, fue amado por el público.

Randy es un tipo excepcional. Hablamos mucho. Me felicita mucho. Me quiere mucho. Y, sí, me gustaría que me recordasen como le recuerdan a él, un piloto que lo dio todo en la pista y que hizo disfrutar, más que nadie, al público, por su agresividad y entrega. Yo lo hago todo a tope, todo. Y, en ese sentido, quiero que me recuerden como un pura sangre, como alguien que lo dio todo en las carreras e hizo disfrutar a la gente.

Cuentan que, a los 9 años, usted lloraba desconsoladamente cuando acababa segundo una carrera.

Eso era así, sí, pero ya he dejado de ser un niño. Ya he asumido, aunque me ha costado mucho tiempo, que perder forma parte del deporte. Ahora, perder me crea impotencia. Rabia no, porque rabia es una palabra muy fuerte. De niño, todo se traducía en lloros; ahora es impotencia, decepción. Y, enseguida, ganas de revancha, bien intencionada. Que sepa que no me gusta ni siquiera perder al parchís con mi abuelo Ramón.

Usted es el jamón entre dos generaciones, la liderada por Rossi y Lorenzo y la encabezada por Quartararo, Viñales y Rins.

Lo más difícil es sobrevivir a las distintas generaciones que te rodean. En ese sentido, soy el primero en admirar y respetar lo que ha hecho y está haciendo Valentino (Rossi), quien, después de una época de gloria y llegar a la cima de su carrera, está logrando alargar su carrera de una forma muy digna, compitiendo a un gran nivel. Una cosa está clara: hay que saberse reinventar continuamente.

Cal Crutchlow, su compañero en Honda, dice que usted es tan bueno, tanto, que sería capaz de ganar con cualquier moto.

Yo no lo creo. Y no lo creo, primero, por respeto a todos mis rivales. Siempre parece que el jardín del vecino luce más bonito que el tuyo, pero yo, la verdad, no sé de lo que sería capaz con otra moto. Yo siempre buscaré el sitio que me ofrezca la mejor moto para competir.

En ese sentido, podría decirse que el dinero no será lo más importante a la hora de renovar por Honda y seguir compitiendo con ellos en MotoGP.

El dinero ayuda mucho, desde luego, pero no será, no, lo más importante a la hora de empezar a hablar con Honda de mi renovación. Pero le explicaré que, cuando te encuentras en el mejor momento de tu carrera, cuyo final no sabes cómo será, a la hora de negociar intentas exigir, pedir, conseguir, lo mejor en todos los aspectos. Y, sí, el dinero, en ese sentido, es importante, pero no vital, no es el punto más importante. Quieres ser reconocido al nivel de lo que estás consiguiendo, pues no sabes donde estarás dentro de dos o tres años, si podrás seguir pidiendo mejoras o tendrás que conformarte con la moto que te den. Nunca lograrás el contrato perfecto, pero debes perseguirlo en todos los aspectos: económico, técnico y deportivo.

Seguir con su equipo, mantener esa estupenda familia que le rodea en su box , debe ser otra de sus prioridades.

Por supuesto, pues cuando hablamos de equipo hablo de mi entorno más cercano, de la familia que empieza en Cervera y la familia que convive conmigo en los circuitos. Tenerlo todo organizado, fiarte de tu gente, confiar ciegamente en ellos, te permite descansar, entrenarte y competir sin otra preocupación que tu trabajo. Todo el mundo sabe que la amistad permanecerá siempre, pero que al circuito vamos a trabajar. Luego, nos iremos todos de fiesta o nos consolaremos mutuamente, pero el trabajo es el trabajo.

Dice Quartararo que lo que más envidia de usted es que, en plena carrera, siempre toma la decisión correcta, siempre.

Bueno, bueno, no siempre, no siempre. Hay tres detalles importantísimos al analizar esta delicada cuestión. Uno: debes aprender de tus errores, has de ser autocrítico al analizar tu carrera y sacar conclusiones que te ayuden a mejorar en el siguiente gran premio. Dos: la experiencia, que es lo que le falta, por ejemplo, a Fabio, es vital en esos momentos y circunstancias, te ayuda muchísimo a no equivocarte. Y tres: has de tener la velocidad necesaria para ejecutar lo que imaginas en tu cabeza, pues puedes ver muy claro, en tu cabeza, qué es lo que hay que hacer en cada momento, dónde y cómo hacerlo pero, si no tienes la velocidad, ¡olvídate!, no te saldrá. La decisión es más fácil de ejecutar cuando tienes las armas adecuadas para hacerlo.

Usted elogia continuamente a Leo Messi y Rafa Nadal, pero hay quien piensa que usted podría, por sus edad, sus logros y su trayectoria, sentarse perfectamente en esa misma mesa.

He oído decir eso a mucha gente, pero ni me veo ni quiero verme a su altura. Quizá, cuando me retire y mis números hablen más de mí que mi propia personalidad y pilotaje, haya gente que me coloque ahí, a l nivel de ambos. Pero, de momento, Leo Messi y Rafa Nadal son dos deportistas que me inspiran, modelos a seguir, mis ídolos y referentes. No quiero sentarme aún en su mesa, pues me temo que eso cambiaría mi mentalidad.