El Barcelona cedió un empate contra el Slavia de Praga, en un choque sin muchas luces para los azulgrana, que volvieron a cuajar un partido de bajo nivel, en la línea de los últimos.

Discreta puesta en escena del Barcelona en el primer periodo, que pronto debió corregir el dibujo sobre el campo, debido a que el Slavia tiró la defensa a más de treinta metros desde su portería, y en ocasiones la llegó a plantar en el centro del campo, sin que el Barcelona ofreciese respuestas.

Así, Messi se quedó en punta, con De Jong, Griezmann y Vidal por detrás, aunque la inactividad e improductividad del argentino le llevó en más de una ocasión a alienarse con los centrales en la creación para recibir al pie e iniciar alguna jugada.

Tuvo bien maniatado el Slavia al Barcelona, que en el 11 rompió por primera vez la defensa con un pase en profundidad de Piqué a Semedo, para que encarase por la banda. De hecho, el portugués gozó de más de una oportunidad con el balón en profundidad, pero sin resultado, a excepción de un último que intentó hacia Vidal.

El Slavia tuvo una buena opción en el minuto 14, cuando Piqué se enredó con el balón en la banda y Peter Olayinka se lo robó. El delantero encaró hacia Ter Stegen hasta que Piqué lo placó por detrás, cometiendo falta y viendo amarilla, lo que le impedirá jugar el siguiente partido (Barcelona-Borussia Dortmund).

La primera triangulación exitosa del Barcelona llegó en el 26, pero la espesura azulgrana se mantendría todo el partido.