Las futbolistas de Primera División iniciaron ayer un paro indefinido en su lucha por el primer convenio colectivo que regule su situación laboral. Las futbolistas de la Liga Iberdrola convocaron una huelga ante la paralización de las negociaciones entre los clubes y los sindicatos por el primer convenio colectivo del fútbol femenino.

Después de trece meses de negociación, y pese a la mediación en las últimas semanas de la Dirección General de Trabajo y del Consejo Superior de Deportes, las posturas siguen alejadas, especialmente, en cuanto a salario mínimo y parcialidad.

Las jugadoras rebajaron sus pretensiones salariales hasta los 16.000 euros brutos anuales, pero exigen una jornada mínima de 6 horas diarias. Fijaron en un 75% el mínimo de la parcialidad, un aspecto clave en la cotización para las futuras pensiones.

La Asociación de Clubes de Fútbol Femenino, por su parte, subió su oferta desde los 13.000 a los 16.000 euros brutos anuales, pero pidió limitar los contratos a tiempo parcial para que no tuvieran una ocupación inferior al 50% de la jornada normal de trabajo. Esto es, cuatro horas al día „20 por semana„, lo que dejaría el salario en 8.000 euros brutos al año para ese tipo de contratos.

La diferencia entre las reivindicaciones sindicales y la oferta de la patronal, según explicó la Asociación de Clubes, es de 1.500.000 euros.