Un par de intervenciones de Champagne y Mariño fue lo más destacado de un pobre derbi que, con empate sin goles, sigue dejando a Oviedo y Sporting penando por la parte más baja de la tabla, más tocados los azules, por su condición de locales y porque se mantienen en posición de descenso. El miedo pudo a los dos equipos en un choque con demasiadas interrupciones.

Ambos equipos salieron con precauciones. No parecía que el terreno de juego estuviera peor que en otras ocasiones, así que la responsabilidad habrá que atribuírsela a los dos conjuntos. El Sporting, con cinco zagueros y todas las defensas en alerta. El plan pasaba con cazar una contra. El Oviedo, intentando crecer con la pelota, pero con más nervios que precisión. Cosa de derbis.

Sí se atisbó algo de mejora en el Sporting, en la segunda parte, cuando dio un paso adelante y se hizo con el control del juego. Aunque las ocasiones siguieron escaseando, aunque llegó la acción polémica. El Sporting montó una contra, Damián Pérez disparó desviado y Carmona, que salía de posición de fuera de juego, empujó a la red. El línea levantó el banderín y el VAR lo confirmó.