Luis Enrique puede volver a ser hoy el seleccionador español de fútbol. El presidente de la Federación, Luis Rubiales, ha convocado una rueda de prensa en la que, presumiblemente, anunciará el regreso del asturiano. Queda la incógnita del papel de Robert Moreno, que ayer culminó su etapa con un 5-0 frente a Rumania que asegura a la roja la condición de cabeza de serie en la fase final de la Eurocopa, en la que tendrá como rivales a Dinamarca y Suiza. Mientras sus jugadores le daban una última satisfacción y defendían su trabajo públicamente, Robert Moreno empezaba a asumir que su etapa como seleccionador llegaba a su fin de forma abrupta. Moreno, que en la víspera del partido expresaba su confianza en lo que le transmitían el presidente de la federación, Luis Rubiales, y el director deportivo, José Francisco Molina, ayer decidió marcharse del Wanda Metropolitano sin hacer declaraciones. Y, según testigos presenciales, se despidió de los jugadores entre lágrimas.

El runrún de los últimos días, que incidía en la desconfianza de los dirigentes de la federación hacia Robert Moreno, se convirtió ayer en certeza. Rubiales permitió que la bola creciese al no confirmar su continuidad y a mediodía de ayer varios medios daban por hecho el cambio de seleccionador. A media tarde, la Cadena Cope fue más allá e informó de que la federación ya negocia con Luis Enrique la vuelta al cargo que abandonó por el delicado estado de salud de su hija Xana, que falleció el pasado 29 de agosto.

En aquel momento, Robert Moreno aseguró que, si en algún momento Luis Enrique decidía volver, él no tendría inconveniente en dar un paso al lado y volver a formar parte de su cuadro técnico. La reacción de ayer, al negarse a hacer entrevistas individuales e incluso a comparecer en la rueda de prensa oficial, parece evidenciar el enfado del hasta ahora seleccionador. También es probable que los dirigentes federativos no le den opción y anuncien hoy mismo su destitución.

El pasado viernes, tras el 7-0 frente a Malta, Rubiales se limitó a decir que "Robert está haciendo un trabajo muy bueno con todo su equipo y no hay nada más que hablar". Y añadió: "Hay un departamento que lidera José Francisco Molina (director deportivo), hablaremos con él y veremos lo que se hace si es que hay que hacer algo. Hay mucho tiempo para reflexionar".

Robert Moreno intentó quitar hierro a esa falta de respaldo explícito y el domingo, en la víspera del partido del Wanda, declaró que "le pongo un 10 a mis opciones de seguir. Si alguien no quiere que esté en la Eurocopa será porque cree que lo estoy haciendo mal", concluyó el técnico.