El Atlético de Madrid aún mantiene en el aire su clasificación para los octavos de final de la Liga de Campeones, pendiente de la última jornada, sin posibilidad ya de alcanzar el liderato de su grupo, propiedad del Juventus y de Dybala, el factor que doblegó al conjunto rojiblanco (1-0).

Inadvertido Cristiano Ronaldo, el argentino decidió la derrota del Atlético, la segunda consecutiva en la competición europea, con un golazo de falta directa al borde del descanso; un obstáculo insalvable para el equipo madrileño, que fue competitivo, pero generó pocas ocasiones.

Ahora, el cálculo está claro: si el Atlético gana al Lokomotiv en el Wanda Metropolitano estará en octavos; si pierde o empata necesita que el Leverkusen no venza.