El Valencia no pudo vivir la noche mágica que esperaba en el estadio de Mestalla, donde un triunfo ante el Chelsea le aseguraba el billete para los octavos de final, y cedió un empate a dos goles que le obliga a jugarse la clasificación en la última jornada en Ámsterdam frente al Ajax.

El partido no decepcionó. Fue de alto voltaje, emocionante, eléctrico por momentos. Aunque el empate final deja un sabor agrio a un gran Valencia que, pese a empatar en el minuto 82, desperdició ocasiones de las que no se suelen, ni se deben de fallar en este tipo de partidos grandes, incluido un penalti.