La selección española femenina de balonmano superó ayer con solvencia su estreno en el Mundial de Japón ante Rumanía (16-31), un duelo que las de Carlos Viver encarrilaron al descanso y que finiquitaron en la segunda mitad para ofrecer unas excelentes sensaciones en el objetivo de repetir presencia en el país nipón el próximo verano.

Con el billete para los Juegos o, al menos, para el Preolímpico como principal objetivo, el torneo no da respiro y hoy (10.00 horas) las Guerreras afrontarán su segundo compromiso en el grupo C ante una Hungría que ayer tampoco tuvo piedad de Kazajistán (39-15).