Lionel Messi se adjudicó el Balón de Oro de 2019, su sexto galardón, con el que consigue deshacer el empate a cinco que tenía con el portugués Cristiano Ronaldo. El jugador del Barcelona confirmó todos los pronósticos que lo situaban como gran favorito al trofeo, y se impuso por delante del central neerlandés del Liverpool Virgil van Dijk, que quedó segundo, del propio Ronaldo, tercero, y del delantero senegalés también del Liverpool Sadio Mané.

"Hace diez años recibí mi primer Balón de Oro acá en París. Tenía 22 años y era impensable todo lo que estaba viviendo. Diez años después me tocar recibir el premio en un momento totalmente diferente, con mi mujer y mis tres hijos", dijo Messi tras recoger el premio.

El argentino aseguró que es "consciente de la edad" que tiene y reconoció que "se va acercando el momento de la retirada". "Ahora parece que el tiempo vuele y todo pasa muy rápido. Espero seguir disfrutando del fútbol, de los rivales, de mi familia y de todo lo que me toque vivir", declaró.

"En todo este tiempo nunca dejé de soñar, de seguir queriendo crecer, de querer seguir mejorando y de seguir disfrutando del fútbol, que es lo que amo desde que tenía uno o dos años, y Dios quiera que me queden varios años más", agregó el argentino tras recibir el galardón.

Messi recupera así un galardón que no conquistaba desde 2015, tras haber visto cómo en los años anteriores Ronaldo, por dos ocasiones, y Luka Modric, en 2018, se imponían en esta lista elaborada por la revista France Football y confeccionada con los votos de 176 periodistas de todo el mundo.

El barcelonista se impuso a la armada del Liverpool, que situó a cuatro de sus campeones de Europa entre los diez primeros, pero al que pudo perjudicar precisamente la dispersión del voto entre sus jugadores.

Messi confirma así su dominio en el año 2019 después de hacerse también con el The Best de la FIFA, aunque el defensor holandés se impuso en los premios que otorga la UEFA.

Ni siquiera el desastre del Barcelona ante el Liverpool en las semifinales de la Liga de Campeones evitó un nuevo título para el argentino.

Acompañado por su familia y por la plana mayor de su club, Messi recogió el galardón con una gran sonrisa en el Teatro del Chatelet de manos del último galardonado, el croata del Madrid Luka Modric.

La confirmación de Messi devuelve así el orden natural al Balón de Oro, que ha sido obtenido por el argentino o por Cristiano Ronaldo en 11 de las últimas 12 ediciones.

El galardón corona una temporada en la que, en lo que a títulos se refiere, sólo ha contado con el título de LaLiga. Tras la obtención de dicho título el pasado curso, Messi comenzó el curso 2019-20 ausente, con una lesión en el sóleo de su pierna derecha que le mantuvo alejado de los terrenos de juego y que hizo saltar las alarmas entre los blaugrana, que ya comenzaban a mostrar dudas en su juego.

En estos tres últimos meses de competición, Messi se ha echado a la espalda al equipo y ha intentado paliar los problemas con grandes actuaciones individuales, que han sido determinantes en muchos partidos y que han permitido que el Barça llegue a fin de año como líder de La Liga y de su grupo en Liga de Campeones. El caso más cercano fue en la noche del pasado domingo, cuando un gol del astro argentino en el minuto 86 dio el triunfo a los azulgrana en el campo del Atlético.

Durante este periodo, y pese a su ausencia inicial, ha jugado 14 partidos, en los que ha anotado 11 goles y ha dado 8 asistencias, que le han servido para alcanzar la cifra de 701 partidos oficiales con el club, del cuál es máximo goleador histórico con 614 tantos.

Si se echa la vista más atrás, hacia el final de la temporada pasada, Messi mantuvo un gran rendimiento a nivel individual desde el plano estadístico, con 30 tantos y 7 asistencias más.

Por lo tanto, el problema de Messi no ha sido el rendimiento individual, sino la falta campeonatos a nivel colectivo, que históricamente han jugado un rol muy importante a la hora de otorgar premios individuales.

Rapinoe, triunfadora femenina

Megan Rapinoe confirmó los pronósticos y se hizo con el segundo Balón de Oro femenino de la historia, sucediendo a la noruega Ada Hegerberg en el palmarés. La estadounidense se impuso por delante de la británica Lucy Bronze, del Olympique de Lyon.