Primero fue el Palencia y hoy le tocó al Valladolid. El Leyma Coruña ha decidido soñar a lo grande y convertirse en especialista en tumbar a los equipos líderes que se acercan por el Palacio de los Deportes de Riazor. Una gran actuación coral con hasta seis jugadores por encima de los diez puntos y una extraordinaria defensa en el último cuarto certificaron la remontada haciendo hincar la rodilla al Carramimbre (83-81), que penó en parte por su escaso porcentaje de tiros de dos. Tras la lluvia de peluches, llegó el regalo del equipo naranja a su afición cada día mayor y más fiel en forma de victoria de las que marcan la diferencia, de las que empujan a un equipo a luchar por lo máximo. 3.000 espectadores se lo pasaron en grande tras el sinsabor de la semana pasada a domicilio en Palma y no renuncian a que 2020 traiga el premio gordo de la ACB. Es cuarto ahora mismo, a un triunfo del liderato. El Leyma cuenta con un puñado de jugadores determinantes, es un equipo con todas las letras, se agarra a los partidos desde la defensa, viene de menos a más en la competición y todos los fichajes parecen encajar a la perfección en el engranaje ideado por Sergio García, a pesar de que hayan llegado hace dos días.

Ashley Hamilton, con sus 14 puntos y su canasta que atestiguaba el triunfo en los últimos segundos, fue uno de los grandes protagonistas del duelo. Pero no solo él también Kamba, Perris Blackwell, Djuran, Peciu y Jeff Xavier, que no solo anotó, sino que también robó dos o tres balones decisivos. El equipo naranja se sobrepuso a una clara desventaja al descanso, a la amenaza de De la Fuente, Bartley y un ex como Mike Torres y a algunas decisiones polémicas en los compases finales para coronar y salir vencedor en un 2019 que empieza a cerrarse en pico para los coruñeses. Un derbi en Lugo y el broche en casa frente al Cáceres le medirán hasta final de año.