La Real Sociedad volvió a provocar el tropiezo del Barcelona que se dejó dos puntos en San Sebastián, aunque salvó un empate que deja en el aire el liderato de LaLiga y a expensas del Madrid, que hoy visita al Valencia antes del clásico del miércoles.

Fue un partido trepidante entre dos equipos en busca de los tres puntos culminado con una acción final, protestada por los visitantes por una caída de Gerard Piqué dentro del área.

El Barcelona cedió terreno y dejó a la Real margen de maniobra, consciente de que el encuentro iba a ser muy largo y estuvo a punto de costarle caro en los primeros minutos porque Oyarzábal estuvo muy activo.

El equipo culé, con un ojo en el clásico, era consciente de que llegar vivo a ese partido dependía de ganar en un estadio que ha sido un calvario para sus intereses durante toda esta década hasta que hace dos temporadas encontró el antídoto a los blanquiazules de la mano de Ernesto Valverde.

La Real, sin embargo, este año llama a la puerta de los grandes y tenía una gran convicción en sus fuerzas para plantar cara al líder, un sentimiento que se acrecentó cuando pasados diez minutos Alberola Rojas sancionó como penalti un agarrón de Busquets a Diego Llorente dentro del área. Oyarzábal se hizo cargo del lanzamiento y engañó a Ter Stegen en el lance.

Los donostiarras tenían el partido ahí donde querían y al Barcelona le tocaba remar contracorriente una temporada más ante un equipo local desatado en ataque y descuidado en defensa.

El único error de los locales les saldría muy caro; un balón descontrolado en el medio campo que le llegó a Luis Suárez, quien colocó el esférico al desmarque de un Griezmann que, ante la salida de Remiro, elevó el balón para evitar al navarro y empatar.

El Barcelona mejoró su versión en el segundo tiempo, en el que se puso por delante en su primer acercamiento, con un balón a Leo Messi que el argentino conectó con Luis Suárez..

La Real, desnortada, quedó a merced de los azulgranas durante muchos minutos, pero encontraría el empate final con un tanto del sueco Isak.