Después de unos días de vacaciones en Nueva York, con el jet lag aún a cuestas, Alejandro Valverde se incorpora a la pretemporada del Movistar donde se reúne por primera vez la renovada y rejuvenecida plantilla del único equipo Pro Tour español. Su genética le ayuda a ponerse más rápido en forma que el resto de cara a afrontar una temporada en la que conseguir la medalla de oro en los Juegos Olímpicos es uno de sus grandes objetivos.

Mientras ciclistas de generaciones posteriores a la suya llevan ya tiempo retirados, él sigue en activo y con contrato hasta 2021, aunque con Balaverde nunca se sabe. Hace tiempo dijo que lo dejaría en 2019, pero participar en sus quintos Juegos, algo al alcance de muy pocos deportistas en el mundo, y la posibilidad de sumar un oro a un palmarés con un título de campeón mundial en 2018, han sido argumentos de peso para seguir en activo.

Empezó 2019 el 31 de enero y lo acabó el 12 de octubre. ¿No se le empiezan a hacer cada vez los años más largos?

No, igual, más o menos que antes, casi que antes se me hacían más largos y estaba deseando terminar para descansar.

Abandonó en el Mundial. ¿Le supo a poco?

Hombre, me supo a nada porque al final, con ese tiempo tan malo, el recorrido como era y que encima quitaron dureza, se hizo muy duro con respecto a la climatología, pero blando por las opciones que podía tener yo. Sabía que no tenía opciones de ganar.

¿Cuándo supo que no iba a conquistar el Mundial de Yorkshire?

Yo sabía que no era un Mundial para mí de antemano, pero había que llegar allí y ver cómo era. Cuando llegamos el jueves y el viernes fuimos a reconocer el circuito, me di cuenta de que no era para mí.

Ahora que ha pasado ya un tiempo, ¿cree que las celebraciones por su título de campeón del mundo fueron excesivas y que eso le descentró?

Está claro que sabía que iba a ser difícil por todo lo que conlleva ser campeón del mundo, los actos, no poder entrenar bien... Y el maillot pesa, porque si ya era vigilado antes, ahora iba a ser el triple, como así fue. Ha sido un año complicado pero he disfrutado mucho, mucho. Ser campeón del mundo ya no me lo va a quitar nadie.

¿En algún momento de la Vuelta vio que podía ganar a Roglic?

No, sabía que era superior, es que se veía. Él podía tener algún momento si fallaba un poco, pero era un corredor muy contundente, no fallaba en ningún terrero.

Mucha gente no entendió ese ataque en Peña Negra al que no dio continuidad y recibió muchas críticas tanto usted como su equipo. ¿Qué pasó?

Yo ataqué y la gente piensa que miré para atrás para esperar a Nairo, pero no fue así. Arranqué y salieron a por mí los ciclistas del Bora y me dije por qué venían ellos a por mí. Que viniera quien estaba interesado en la carrera, que era el equipo del líder, pero tampoco paré por echarle la bronca a ellos, aunque fue una situación donde era más propicio que salieran a por mí los compañeros del líder que ellos.

¿Cree que habría conseguido más victorias de haber sido más ambicioso en la Vuelta?

No, estuvo bien, fue redonda, me salió muy bien y el equipo estuvo genial. Si ahora tuviera que correrla de nuevo, no cambiaría nada. Ganó el más fuerte y yo estuve en mi lugar perfecto.

¿Le siguen sin convencer las disculpas de Supermán López después de las críticas que lanzó hacia usted y el Movistar?

Bueno, tampoco voy a entrar más en discusión. Supermán pensó eso en ese momento, está claro que no es lo correcto ni así se actúa ni en este deporte ni en los demás. En ningún ámbito de la vida se insulta a los demás. Él decidió actuar así y con esas palabras lo único que hizo fue quedar mal.

¿Habló con Luisle Sánchez después?

Sí. No tenía el teléfono de Supermán, pero hablé con Luisle y él mismo también me dijo que se calentó en ese momento, pero seguro que no estaba contento con lo que dijo.

La próxima semana se presenta su equipo con muchos cambios en la plantilla. ¿Se abre una nueva etapa en el Movistar con la marcha de Nairo y Landa?

Cambia muchísimo, vienen muchísimo jóvenes y cambia mucho. Ahora están los jóvenes como Marc Soler, que ya ha dado buenos pasos y sabemos que lo puede hacer muy bien, y Enric Mas, que viene con muchas ganas e ilusión y con un futuro por delante muy bueno. Y luego, mucha gente joven de fuera a la que habrá que enseñar.

Vamos, que va a ser más abuelo que nunca y con más responsabilidad.

Ahora sí que voy a ser el abuelo, totalmente, pero no es más responsabilidad. Ahora no la tengo yo, la responsabilidad la tienen Marc Soler, Enric Mas y los jóvenes. Yo intentaré guiarlos lo mejor posible.

Ha decidido correr el Tour, que acaba solo seis días antes de que se dispute la prueba en línea de los Juegos Olímpicos de Tokio. ¿No es muy arriesgado?

Es bastante arriesgado, más que por los horarios, por el poco tiempo que hay y las nueve horas de diferencia de Francia a Tokio. Pero bueno, durante el Tour veremos qué hacemos, si lo termino o qué es lo que vamos a hacer. La gente que entiende un poco sabe que si terminas el Tour, llegar a los Juegos Olímpicos es muy complicado.

Pero otras veces le he escuchado decir lo mismo y al final ha terminado la Vuelta, por ejemplo, antes del Mundial.

Pero es totalmente diferente. En esos casos tenemos dos semanas de diferencia y sin cambios prácticamente de horarios, y aunque los haya, puedes recuperar. Pero aquí terminas un domingo y al sábado siguiente estás en Tokio.

Entiendo que durante el Tour decidirá cuándo se baja de la bicicleta.

Exactamente, decidiré el día que me voy a bajar, así de claro.

¿Y por qué no han elegido el Giro de Italia?

Porque pilla muy lejos. Coger un puto de forma para el Giro y luego descansar... Es mejor coger un buen pico de forma, hacer un buen Tour durante el tiempo que esté, y luego ya iremos a ver las olimpiadas, aunque no vaya a ser que me encuentre líder del Tour y no me bajo.

¿Hay pocas cosas ya que le hagan ilusión al margen de competir en sus quintos Juegos Olímpicos?

Más que competir me hace ilusión ser campeón olímpico. Competir en mis quintas olimpiadas está bien porque está claro que para un deportista es mucho, pero si consigo el oro sería la leche.

¿Teme el día del final de su carrera?

Sí, sabes que luego, cuando pares, va a ser duro, va a ser difícil, pero esto son épocas y la etapa que me voy a tirar en el campo profesional va a ser muy larga.

Sigue viviendo y entrenando en Murcia con su grupeta de toda la vida. ¿Sigue picándose con El Jaba y El Saltitos?

Ahí seguimos todos los días, siempre que ellos pueden salir, pero es que es parte de mi entrenamiento. Así es mi entrenamiento. Cuando tengo que ir suave, voy, pero cuando hay que ir rápido, nos picamos, como cuando era amateur.

Nunca ha sido un ciclista egoísta, ¿pero ahora lo es menos todavía?

A lo mejor sí. Me gusta ganar, pero también me gusta ayudar a los compañeros a que ganen y hacer de todo un poco.

Con la edad, parar y arrancar cuesta más.

Yo creo que sí. Como he dicho, antes se me hacía el año más largo y estaba deseando descansar. A lo mejor en invierno me tiraba 25 días sin tocar la bici, pero ahora no puedo, el cuerpo me lo pide y tengo que volver a entrenar antes.

Hace unos meses, se estrenó en Movistar un documental donde contó que había sufrido una depresión. ¿Se liberó contando esa etapa de su vida?

Sí, nunca lo había contado porque no se había dado el caso. Me abrí, lo conté, sobre todo para que la gente vea que no todo es alegría, ganar y felicidad, que somos humanos y que tenemos nuestros bajones aunque vaya todo de cara.

¿Le ha agradecido mucha gente que lo contara?

Sí, la verdad es que mucha gente se ha visto reflejada en ese documental.