Finalmente se hizo la cordura y el Comité de Competición falló lo que todos esperaban. El Barcelona-Deportivo Liceo se disputará en otra fecha que los dos clubes tienen ahora que pactar en función de sus propios intereses, los de la televisión que tiene los derechos de emisión y de la disponibilidad del Palau, aunque el club coruñés ya ha presentado sus propuestas: 14 y 28 de enero y 3 de febrero. El organismo de la Federación Española de Patinaje tardó más de lo anunciado, por lo que hizo cundir los nervios, pero en el último día del año comunicó a ambos equipos que entiende que las causas de que el Liceo no se presentara el pasado domingo a su partido frente al conjunto culé el domingo 22 fueron de fuerza mayor, por lo que no se lo da por perdido ni otorga los tres puntos al Barça. El liderato se jugará sobre la pista y no en los despachos. Y es que los dos equipos llegaban al partido, que abría la segunda vuelta de la OK Liga, empatados a todo: puntos (36), victorias (12) y derrotas (1). Los de Juan Copa tendrán la oportunidad de volver a medir sus fuerzas con su principal rival y el mundo del hockey sobre patines, de poder disfrutar con el espectáculo.

Las alegaciones que el Liceo envió el pasado lunes a la Federación Española se basaban en que el vuelo que tenía que haberles llevado hasta Barcelona el sábado nunca se canceló. Al contrario que lo que ocurrió con la compañía Iberia, que desde primera hora suspendió todos sus desplazamientos a Galicia, Vueling intentó en varias ocasiones que la expedición liceísta volase. De hecho, esta ya había embarcado con destino a la Ciudad Condal y esperaba al avión, que no pudo aterrizar en A Coruña por culpa de los fuertes vientos. Tras intentarlo en varias ocasiones fue desviado a Madrid y el Liceo reubicado en otro vuelo posterior desde Santiago, que tampoco pudo tomar tierra y acabó en Oporto.

Pasadas las diez de la noche, sin encontrar asientos disponibles en los vuelos del domingo por la mañana, que por otra parte tampoco se sabía si llegarían a su destino antes de las doce de la mañana, hora del partido, avisaron de que no podrían viajar. Por otra parte, el Liceo, a través de su servicio jurídico, también se defiende en su escrito diciendo que dada la complejidad de su situación como único equipo de fuera de Cataluña y que tiene que viajar cada quince días, planifica con mucha antelación sus viajes para abaratar los costes y que no le era fácil cambiarlo. Además, la Xunta solo avisó el viernes que la alerta para la jornada de sábado era roja, lo que dio menos tiempo a la planificación. Dadas las fechas, en plena operación salida por Navidad, tampoco había trenes desde Madrid ni había sitio en el primer vuelo de la mañana del sábado en el que viajó el filial, que jugó ese fin de semana en Vilanova.

Por último, el conjunto liceísta alega que la Federación anunció el sábado en su página web que no habría partido por la imposibilidad de viajar del Liceo y el Barça, en sus redes sociales, admitió que los verdiblancos hicieron todo lo que estaba en su mano para hacerlo. Competición consideró el pasado viernes que tenía que darle al Barcelona la oportunidad de presentar su versión de los hechos. Los de la Ciudad Condal mandaron sus alegaciones durante el fin de semana en las que explicaron que ellos se presentaron al partido para cumplir con el reglamento y pidieron que si había una nueva fecha, que esta estuviera pactada.