El Madrid se proclamó campeón de la Supercopa de España al vencer en los penaltis (4-1) al Atlético de Madrid, un partido que se guardó lo más emocionante para la prórroga aunque sin goles, para dejar el título en manos de una tanda errática en los rojiblancos.

En racha de tres meses sin perder y con la exhibición ante el Valencia el miércoles, el Madrid llegaba como un tiro a por el primer título del curso. Sin embargo, los de Zinedine Zidane no supieron dominar con un centro del campo poblado y el Atleti, capaz de anular esa virtud rival, manejó un primer tiempo de poco ritmo y menos ocasiones. Después, el acomodo atlético dio más peligro al Madrid, en una final de pocas acciones en las áreas.

La prórroga hizo aparecer a Oblak y Courtois, mientras que Valverde, elegido MVP de la final, sacrificó su expulsión para evitar un gol cantado de Álvaro Morata. El meta belga terminó siendo decisivo en los penaltis, donde Saúl y Thomas comenzaron fallando, mientras los blancos acertaban. Sergio Ramos hizo el definitivo 4-1 que dio la undécima Supercopa de España, la primera en su formato de final a cuatro con escenario el último día para los dos invitados y, como el año pasado, lejos de casa.

Después de sufrir ante el Barça, pese al dulce desenlace, el Atleti se propuso atar en corto a un Madrid que tuvo una posesión poco atrevida y, cuando atacó, lo hizo por las bandas en parte obligado por el rival. Así se sintieron cómodos los del Cholo, aunque en el área de los blancos pasó también poco en el inicio.

Tras el descanso de nuevo el inicio engañó, porque de la reanudación trepidante de Jovic se pasó al derbi del desierto. El Madrid tuvo dos buenas opciones con el serbio, una carrera sin remate y un disparo cruzado pegado al palo a pase de Modric.

Los de Simeone aceptaron el ritmo bajo, quizá temiendo el desgaste de su épica semifinal, pero a 10 minutos del final, Morata, el mejor de los rojiblancos ante un Correa desaparecido y un João Félix desacertado, tuvo el gol.

De manera violenta, Valverde fue también clave, impidiendo el mano a mano de Morata. Correa y Mendy sin querer también calentaron los guantes de un Courtois que voló para detener el penalti de Thomas, el segundo error tras el palo de Saúl. Después, se adelantó Ramos para decidir.