La selección española de balonmano tratará de dar hoy (20.30 horas) ante Eslovenia el penúltimo paso para revalidar el título continental que conquistó hace dos años en Croacia, en un encuentro de semifinales que destila aroma a revancha. Da igual que hayan pasado ya casi cuatro años o que entre tanto españoles y eslovenos se hayan enfrentado en un par de ocasiones, la dolorosa derrota sufrida ante los balcánicos en el Preolímpico de Malmoe, que dejó a los Hispanos fuera de los Juegos de Río, sigue siendo una herida abierta en el seno del equipo español. Los de Jordi Ribera tratarán de cicatrizar definitivamente con un triunfo sobre un rival con el que guarda numerosas similitudes, ya que ambos conjuntos han hecho, en estos tiempos de predominio del factor físico, de la inteligencia la bandera de su juego.

Si España destaca por la capacidad de sus jugadores para saber leer tácticamente lo que demanda el partido en cada momento, Eslovenia no le anda a la zaga, gracias a la presencia de Jure Dolencer o los centrales Dean Bombac y Miha Zarabec, que no solo saben dirigir a la perfección el juego, sino que además pueden convertirse en los responsables de finalizar la ofensiva. De hecho, Bombac y Dolenec, que llegarán frescos al partido tras no jugar ni un solo minuto ante Noruega en la última jornada de la segunda fase, figuran entre los máximos goleadores del torneo.

Jordi Ribera confía en poder contar para las semifinales con Ángel Fernández, baja el último partido aquejado de un proceso febril. También Alex Dujshebaev, que solo sufre un fuerte golpe tras retirarse antes contra Croacia y encender todas las alarmas, pues se ha convertido en una pieza clave del equipo. España tiene claro que el camino para superar a Eslovenia y disputar su tercera fina consecutiva de un Europeo pasa por mantenerse fiel a las virtudes que le han permitido llegar invicto a las semifinales: portería, defensa y contraataque.