Acostumbrados a las concentraciones en altura con el frío y la nieve de Sierra Nevada y Font Romeu, el sol y el calor de Pretoria sirvieron a María de Valdés y Jacobo Garrido, recién aterrizados de pasar un mes con el grupo de Mireia Belmonte, para cambiar de aires y, sobre todo, ir aclimatándose a las condiciones que el próximo verano se vivirán en Tokio 2020, donde se esperan altas temperaturas y porcentajes de humedad elevadísimos. "Hicimos cosas diferentes a lo que estamos acostumbrados en nuestro día a día, y nos ayudó un poco a desconectar de lo de siempre", asegura la andaluza afincada en A Coruña. "Pero también para ir adaptándonos al calor de Tokio", añade. "Fue una experiencia muy buena, pero también bastante dura", señala Garrido. En los próximos meses los dos se jugarán sus opciones de estar en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos y están poniendo todo de su parte para estar en la capital nipona.

Hace una semana que regresaron, pero De Valdés tardó más en volver a pisar A Coruña, ciudad que la acoge desde hace tres años, porque compitió el fin de semana en el Campeonato de Cataluña. Se colgó tres platas, en todas las pruebas por detrás de la campeona olímpica y por delante de Paula Juste (400 y 800) y Jimena Pérez en el caso de los 1.500. Precisamente, esta última es una de sus máximas rivales por un puesto e la cita olímpica. En Ámsterdam, Belmonte, la del Liceo y Pérez lograron la mínima en la prueba de máxima resistencia. Pero solo hay dos plazas. Una parece casi asegura para Mireia. "Siempre puede pasar de todo... pero Mireia... son palabras mayores", dice De Valdés. Así que parece que la otra se la jugará con Jimena, que le ganó en la capital holandesa pero a la que batió en Cataluña. Las tres, además, estuvieron juntas en Pretoria. "Entrenar con tus rivales sirve para ver cómo están y si ellas aprietan, tú también. Nunca puedes bajar. Si pierdes un día, ya no lo recuperas", analiza. La batalla final, en abril en el Open nacional que será clasificatorio olímpico.

Antes tendrá otra baza en sus aguas abiertas, la disciplina que le ha otorgado más éxitos en los últimos años. "La verdad es que no puedo elegir. Quiero estar en las dos „piscina y aguas abiertas„ y me puedo quedar fuera en las dos. Yo no voy a descartar nada", dice aunque reconoce que en la larga distancia tiene "más experiencia". En esta modalidad tendrá ya la primera criba en menos de un mes ya que el 15 de febrero disputará en Doha (Qatar) un clasificatorio para el Preolímpico. Las dos mejores españolas pasarán a la siguiente ronda. Hay cuatro aspirantes: además de la malagueña, la ribeirense María Vilas, Paula Ruiz y María Claro. Si logra billete, todavía tendrá que superar otra prueba.

Integración

Más sencillo parece el camino de Jacobo Garrido, sobre todo después de que el pasado verano en Londres se proclamase campeón del mundo de la clase S9 en los 400 metros libres. La mínima ya la tiene, aunque tiene que ratificarla a partir del próximo 31 de enero. En principio, no debe de tener problemas, más después de su exhibición en Ámsterdam, donde batió el récord de Europa de 1.500. En Pretoria siguió avanzando con su preparación, integrado como uno más con el resto del grupo liderado por el técnico francés Fred Vergnoux. "Me acogió con los brazos abiertos y aguanté todos los entrenamientos con el grupo", destaca, como ya lo había hecho en otras concentraciones en Lanzarote y en Font Romeu, aunque considera que esta ha sido la más dura en cuando al volumen de metros, doble sesión diaria y tiempo para poco más que para hacer un safari y un entrenamiento diferente en un lago.

Este fin de semana podrá demostrar sus progresos en Madrid en el Campeonato de España de jóvenes promesas, en el que es uno de los principales atractivos. Aunque también tiene otra dura prueba. Porque el año olímpico le ha coincidido con su paso por el último curso antes de la Universidad, Segundo de Bachillerato. "Sabía que si iba a Sudáfrica me perdería muchas clases y después tendrá que estudiar más, pero aun así decidí ir. Este año me centraré un poco más en la natación que en los estudios, pero voy a intentar sacar adelante las dos cosas", apunta. En dos semanas, hará los nueve exámenes de la primera evaluación. "Llevo 15 años en el colegio „el Liceo la Paz„ y los profesores me están ayudando mucho", señala. Un campeón dentro y fuera de la piscina.